Un nuevo capítulo de La condena de la realidad. Te recuerdo que antes de leer esta parte debes leer El poder de la hermandad, La carta, La cruel realidad y la decisión, Entrenamiento, El amor de un padre, Dulce venganza, Padre VS Hijo, El origen de todo y ¡No puedo perder, pase lo que pase!
Víctor
Hace 4 años, hubiera sentido temor para pronunciar estas palabras delante de un sanguinario dictador. Pero ahora, pienso en lo que me motiva. Vasiliy se quedó por un momento callado, pero dijo:
Vasiliy: Como pensaba, eres de las personas las cuales debería gobernar con firmeza en este cobarde y misterioso mundo. Cambiando el tema quiero que tú y Ramirez escuchéis esto.
Saca un aparato con el cual, se comunica con alguien, pero no pude entenderlo ya que hablaba japonés. Supuse que era un simulador de voz, debido a que no se oía su propia voz.
Vasiliy: Si te preguntas lo que he dicho, te lo diré ahora en español: «Valientes soldados, os habla Vasiliy, vuestro nuevo líder. Ordeno que vayáis al Cabo Verde para que los españoles no roben mis futuras riquezas. Vuestro querido jefe ha sido asesinado y espero que no tenga que tomar medidas extremas. Tenéis 4 horas para llegar, me da igual cómo. Adiós». Japón irá a nuestro favor quiera o no.
Víctor: Eres más tonto de lo que pensaba. ¡Pero ya está bien de hablar, a pelear!
Me preparo para atacarle empezando con mi metralleta, apuntándole hacia la cabeza, pero fue muy rápido y se escondió en una pared que salió del suelo. Cuando el me estaba disparando, comienzo a realizar movimientos de zig zag y sale otra pared del suelo, pero esta vez, cubriéndome a mí.
Víctor: ¿Qué es esto?
Vasiliy: Un pequeño juego para que la batalla sea mas duradera. Saldrán paredes en varios sitios dependiendo de donde estemos y hacia donde disparemos, pero las paredes se destrozaran cuando reciban máximo 20 balas.
Comencé a entenderlo conforme íbamos avanzando con la batalla, las balas parecían infinitas, y lo mismo digo con las paredes. Opté por lanzar una bomba adhesiva en la pared donde se encontraba Vasiliy, destrozándola por completo y dándome una oportunidad. Salí corriendo hacia él disparándole en el chaleco antibalas para que no le durara, pero el hacia lo mismo conmigo, así que de una forma extremadamente rápida, lancé mi metralleta ya sin munición y logré darle en el ojo, acto seguido, le tiré un crochet que le dio de lleno. Volteé hacia atrás para que no me diera el gancho. Con su minigun, me apuntó y me disparó, pero apareció otra pared protegiéndome de las balas, aun así rompió la pared en muy poco tiempo, para después dirigirse hacia mi y lanzarme el gancho que antes intentó darme, pero este me dio de lleno y me mordí la lengua, provocándome mucho dolor y una exagerada salida de la sangre. Aun con el dolor, le dí un side kick, alejándolo de mi posición y aprovechando que no tenía armas, comencé a disparar con la que me quedaba a mi, que era otra minigun la cual solo tenía 15 balas. Con 14, la pared quedó destruida y hubo una bala que rozó el brazo de Vasiliy, arrancándole un poco de piel. El estaba sangrando del ojo por la metralleta. De pronto, las paredes desaparecen y el resto de nuestras armas fueron guardadas en cajas.
Vasiliy: Je je je. Eres muy bueno Victor. No me has llegado subestimar en ningún momento, cosa que tu padre y tu hermano hicieron. Aunque esto es solo el comienzo de la batalla. Ahora lucharemos sin armas ni paredes, simplemente a golpes
Víctor: Pero explícame, ¿Cómo vas a apañártelas para que el ejército japonés te haga caso, si has asesinado a su líder?
Vasiliy: Ellos no van a hacerme caso, pero dado que les di una localización, ellos irán a buscarme hacia allí para matarme. y ¿recuerdas la bomba la cual yo estaba construyendo?
Lo sospechaba, era una trampa y encima no podía ni salir de aquí ni comunicárselo a Ramírez.
Vasiliy: ¡Sigamos con la batalla YA!
Carlos
No pensaba que el fuera tan rápido como yo, o tal vez lo sea más.
Carlos: Bien, ahora sigamos con nuestra batalla.
Rodrigo: Sí. Tengo ganas de divertirme.
Una batalla veloz comienza entre Rodrigo y yo, soltamos a la vez las armas y los chalecos antibalas. Intercambiamos varios golpes y en un momento de su descuido, le golpeé 2 golpes directos y él igual conmigo. Me golpeó con una gran patada lateral con salto directamente hacia mi mandíbula y yo le respondí con una patada circular, dándole en la costilla. Nos dirigimos donde estaban nuestras armas y el coge el bazooka y yo dos granadas. Me lanza un bazokazo que esquivo de un salto, la bala impacta en el suelo provocando una pequeña explosión y yo, y en el aire, le lanzo una granada que el esquiva con el simple acto de agachar la cabeza y explota en el aire. Me vuelve a lanzar otro bazokazo y le lanzo una granada que choca con la bala provocando una explosión que por poco nos alcanza.
Rodrigo: Vasiliy no exageraba, los aprendices de Ramirez son muy fuertes, pero no mas que nosotros. ¡Muere maldito!
Ramírez
Definitivamente García está peor que cuando lo conocí. Escucho a la voz de Vasiliy como en una radio. Diciendo lo que antes dijo en japonés. ¡Hemos caído en su trampa, en cuanto acabe con García comunicaré esto a las bases americanas de España!
García: ¡DEJA QUE TE COMA LOS INTESTINOS!
se dirige hacia mi con una espada a cortarme por la mitad, la esquivo y retrocedo. García se chupa la sangre del brazo y se ríe maniáticamente y dice:
García: Deja que busque buenos objetos para acabar con tu inocencia otra vez. ¡GRITOS, QUIERO ESCUCHARLOS!
Ramírez: ¡Ni lo sueñes, maldito loco!
Fui a lanzarle un side kick con todas mis fuerzas, pero lo esquiva y me acabo resbalando. Aprovechando eso, me disparó en la mano y mientras me retorcía de dolor, el cogió mi mano y empezó a chupar la sangre que salía, para luego escupirla en mi cara con esa risa macabra y restregándose algo de sangre por su cara. El sabía como aterrarme. Aprovechando que tenía la mano dentro de su boca, introduje medio brazo e intente destrozar su nuez por dentro. Logré que sufriera un poco y vomitara sangre. Lo último hizo que tuviera que dejar de aplastar su nuez y quitar la mano de su boca. Con una voz demasiado ronca, me dijo muy furioso.
García: (escupiendo sangre) ¡ME LAS PAGARÁS MALNACIDO, HARÉ QUE TE ARREPIENTAS DE HABER EXISTIDO!
En ese momento pensé: Cuando le disparé a García no sufrió tanto, es mas, se rió macábramente, pero cuando le metí el brazo para aplastar su nuez, lo consideró una tortura y se cabreó. Entonces pensé en que para matarlo como se merece es torturarlo antes de que él me torture a mí.
Rápidamente, cogió una corona de púas y trató de colocarla sobre mi cabeza, lamentablemente con éxito y me provocó un gran dolor demasiado evidente. Logré quitarme la corona nada mas me la puso. Había unos zapatos con unos pinchos los cuales se clavaban en los pies. La mano apenas podía sentirla, pero lo poco que sentía era suficiente. lo dejé en el suelo de una patada en la barriga, y aprovechando eso, le puse esos zapatos y cuando se volvió a levantar y veía mucha sangre en sus pies, dejándome claro que la tortura era eficaz. Él ya estaba al límite de estallar de rabia, perdió la poquísima razón que le quedaba. Se dirigió velozmente hacia mí y mi mano, la cual recibió el balazo, fue mordida y arrancada por esa cosa.
García: ¡DESMEMBRAR, DEVORAR, DESMEMBRAR, DEVORAR!
No repetía otra cosa y estábamos los dos muy heridos. García tenía los pies agujereados, la cara llena de mi sangre y de la suya, todo el cuerpo golpeado, su brazo casi arrancado y vomitando su sangre. Su rostro reflejaba una gran furia descontrolada y con deseos de acabar conmigo. Mientras que yo vomitaba mi sangré también, con mi mano arrancada y devorada, mi cuerpo golpeado también y mi cabeza sangrando a miles. García, con lo que le quedaba de voz, coge una espada y dice.
García: ¡PIENSO MOSTRARTE EL VERDADERO INFIERNO! ¡UN INFIERNO, EN EL CUAL, NO PODRÁS SER RESCATADO POR LA MUERTE!
Cojo otra espada del suelo, manchada con sangre y me preparo para un todo o nada.
García, serio, tranquilo, concentrado, mirando fijamente el objetivo el cual soy yo. Con un gran dolor, me encuentro de la misma forma que él, preparado para atacar, con aquellos traumas superados y la sed de venganza corriendo a gran velocidad por mis hinchadas y dañadas venas.
El corre hacia mí con gran velocidad, intenta cortarme el brazo, lo esquivo por muy poco y con el resto de mi fuerza, le corto por la mitad. Su cuerpo partido cae, víctima de mi victoria. Aun así sigue gritando que quiere hacer sufrir a la gente. Naturalmente, el que nace con una mente sádica, muere con una mente sádica, pero da igual, he ganado.
Lloré de felicidad, por fin mi objetivo se ha cumplido, quería saltar, pero tenía demasiadas heridas para hacerlo. Me comuniqué con la base de rota y le comunique lo siguiente:
Ramirez: ¡He ganado mi batalla! pero esto no acaba aquí, Vasiliy nos ha tendido una trampa. Necesito que vayáis a ayudar a mis hombres. Están en problemas, ahora mismo se sitúan en el Cabo Verde. Quiero que el resto del ejército vaya al Cabo Verde y se preparen para la guerra. Nuestra única esperanza es asesinar a Vasiliy y a Rodrigo, para que el ejército ucraniano se rinda y sobre todo, acabar con el terror por el que Ucrania pasa. Víctor y Carlos son la esperanza de detener esto, dadles ánimos. Yo trataré de salir e ir a un hospital.
Y corto la comunicación.
Ramirez: Ahora sólo hay que salir de aquí.
Vasiliy: ¡Tú no vas a ninguna parte, Ramirez!
Continuará…