La cruel realidad y la decisión

Aquí os traigo el tercer capítulo de la obra La condena de la realidad. Te recuerdo que antes de leer esta parte debes leer El poder de la hermandad y La carta. Espero que te guste esta novela de ciencia ficción y te invito a hacerme comentarios.

Narrador 3ª persona

Víctor: ¿Una carta para mí? Vaya no me lo esperaba, será de mi hermano informándome donde se encuentra ahora.

Médicos: En fin, mañana te darán de alta y podrás irte a tu casa a descansar.

Víctor esperó impacientemente que llegara el día siguiente. Al pasar un mes después de que Ucrania firmara un tratado de paz, pensaría que su hermano estaba bien, pero la realidad vuelve a condenarle. Al día siguiente, todo cambió, al ser dado de alta se fue del hospital muy feliz con la carta en la mano y esperó a estar en un lugar sin nadie para leerla tranquilo. Encontró un descampado y leyó:

Víctor: Es Una alegría que me hayan guardado esta carta durante un mes entero. ¿Pero qué? ¡Pone Vasiliy! A ver…

«Víctor, has fallado en querer detenerme. Ahora he vuelto a Ucrania con mis tropas para un plan que tengo en mente. España por ahora está a salvo de mí, aunque no puedo decir lo mismo de tu hermano, ha muerto intentando matarme. Esperaré el tiempo necesario para tener una batalla contigo 1 contra 1, ahí se decidirá tu destino, el mío y el de España. te estaré esperando. -Vasiliy Jakov.

Víctor: ¿Como..? ¿Mi…? ¿Ha….?

Víctor no se lo podía creer, en su rostro no había nada más que lágrimas por la perdida de su hermano y entre fuertes sollozos dijo:

Víctor:  Maldita sea ¿Por qué a mi hermano y no a mi? Mi madre me maltrataba, mi padre era un borracho asqueroso que nos abandonó en la guerra y ahora pierdo a mi hermano, la única persona que me mostró cariño. ¡Realidad, si lo que quieres es llevarme al otro mundo no te daré ni un segundo de espera, me has quitado a mi única razón para vivir!

2 meses después…..

Víctor: Rubén, Rubén, Rubén, Rubén, Rubén…

Víctor lo repetía una y otra vez. La muerte de su hermano le había destruido completamente. Lo peor era que no tenía a nadie más. Rubén era lo último que le quedaba. En la infancia cada vez que hacía amigos, la madre no le permitía ni salir con ellos, ni que fueran a su casa, ni a él ni a Rubén. Victor había perdido su alma por culpa de la vida que le tocó vivir y al no ser creyente, tenía aún menos esperanzas. Víctor tenía un aspecto terrible: increíbles ojeras bajo sus ojos, sus ropas demasiado estropeadas y con manchas de sangre, su rostro con algunas heridas hechas por sí mismo víctima del enloquecimiento, y su cabello terriblemente descuidado. No paraba de decir «Rubén, Rubén» una y otra vez.

Víctor

Víctor: Rubén, Rubén Rubén Rubén. Espera ¡Ese es Rubén! ¡Rubén soy yo, tu hermano Víctor, me alegro de que la carta de Vasiliy fuera un mal sueño!

«puff»

Víctor: ¿Qué demonios? ¿Donde se ha metido? Ahí está ¡Rubén, hola!

???: ¿Quién eres tú? ¡Aléjate de mí loco!

Víctor: «Sollozo» no me recuerda. ¡Está ahí! ¿Qué está pasando? Huyó de mi hace unos segundos. Da igual, iré hacia allí.

???: ¿Quién eres muchacho?

???: Deberías estar en un manicomio.

???: Me llamo Javi.

Todo el mundo tiene el aspecto y cara de mi hermano. Esto es muy extraño, a lo mejor está vivo, o yo estoy loco. No, no puede ser, debe de estar vivo, estoy seguro.

Carlos

Es una alegría que la guerra haya terminado hace 3 meses. España no ha podido recuperarse del todo, pero al menos no hay guerras. En estos 3 meses, ha habido muchas personas que han acabado en nuestro manicomio debido a que la guerra les afectó bastante, más eso no es problema para nosotros. Con nuestros tratamientos hemos hecho que vuelvan a ser personas sin problemas. Yo trabajo en el mejor manicomio de España, situado en Cádiz capital, y ahora he venido a Rota a tratar de encontrar a más personas afectadas por la guerra, aunque hayan pasado tres meses, la perdida de los seres muy queridos no se supera tan fácilmente. ¿Pero que tenemos allí? Encontré a una persona joven con un aspecto horrible, me pregunto:

Víctor: ¿Tu eres Rubén?

Parece que estaba buscando a alguien, mas su aspecto horrible me confirma que necesita un tratamiento urgente. Traté de que me siguiera y lo hizo. Ese pobre chico parece que ha pasado por un gran trauma, pero no se si es por la guerra, aunque eso lo descubriré pronto. Le miré sonriente y le dije:

Carlos: Tranquilo, te ayudaré con tu problema por mucho que me cueste, es mi deber ayudar a los más necesitados.

Él estaba muy callado y muy tranquilo, pero para asegurarme, cuando me subí a mi coche, le até las piernas y los brazos y le di una pastilla para dormir. Al llegar al manicomio donde trabajo, mostré al chico a todos los médicos de allí, y me confirmaron que eso se debía a una pérdida muy importante y que necesitaba un tratamiento muy intensivo. Después de 1 mes casi sin descanso, con los tratamientos mas raros, logramos que volviera a tener el conocimiento de una persona normal.

Víctor: ¿Dónde estoy? No recuerdo nada.

Carlos: Estás en el manicomio de Cádiz, te encontré en Rota, y viendo tu manera de comportarte supe que necesitabas ayuda y nosotros te la hemos dado. Durante tu tratamiento, sufrías mucho por la pérdida de un ser muy querido. Por cierto, mi nombre es Carlos.

Víctor: Gracias por ayudarme Carlos, mi nombre es Víctor y como agradecimiento por haberme ayudado, te contaré todo lo que me ha pasado, pero antes me gustaría que el resto de señores se vayan si no es mucha molestia.

Al irse todos, me quedé solo con Víctor y me he empezó a contar todos los problemas que tuvo, yo me quedé fascinado, especialmente porque plantaron cara al líder ucraniano.

Carlos: ¿Y quien fue el que te ayudó a escapar de la base de Rota?

Víctor: No lo sé, lo que sé es que fue muy rápido, como si de un fantasma se tratase, no tenía ya fuerzas para moverme, el caso es que no sé quién fue. Tenía conocimiento en ese momento, pero no lo vi.

Carlos: Otra cosa rara es el porque el líder ucraniano mató a tu hermano y porque puso fin a la guerra cuando iba ganando. En las noticias se decía que porque vio absurdo la guerra, supongo que será eso.

Víctor: No se que hacer, he superado la muerte de mi hermano gracias a ti y a tus compañeros, pero estoy sin saber que hacer. Vasiliy es muy fuerte y me ha quitado parte de mi fuerza matando a mi hermano.

Carlos: ¿Sabes de quien hablas? Es increíble que se haya fijado en ti alguien como él, aunque tampoco me olvido de tu hermano. Además, al ser tu hermano el único ser querido que tenías, pensé que irías ahora a por él. Además, el mismo te dijo en la carta que esperaría a que le desafiaras. Aun no puedes salir de aquí hasta que no se confirme que estás del todo recuperado. No pierdes nada por aceptar ir a por él, así podrías vengar la muerte de tu hermano.

Víctor

Carlos me está  motivando para que acepte venganza, pero creo que no lo haré y le dije:

Víctor: Me gustaría tener una vida normal. Aunque haya perdido mis motivos para vivir, puedo buscarlos, así que creo que no cobraré venganza, dado que Vasiliy puede acabar conmigo fácilmente y mis intentos serán en vano. Aun así me lo pensaré, es un buen motivo para tener que seguir viviendo, pero no estoy seguro de conseguirlo. Por favor, necesito pensar ¿Te importaría dejarme solo?

Carlos no dice nada, sólo se va y me deja solo como le pedí. Traté de decidirme y de pronto, oyen mis oídos una voz muy bajita que me dice.

???: ¿En serio vas a dejar que ese bastardo te quite lo que más quiere y encima no le pase nada?

Victor: ¿Quién eres tú?

???: Eso no tiene importancia, sólo escúchame. Sé lo que viviste con tu hermano menor Rubén, sé que es lo que más quieres en el mundo lo has perdido, y lo perdido no se puede recuperar, pero al menos no dejes que Vasiliy se vaya así como así, sino el alma de tu hermano jamás podrá descansar en paz, y tu te lamentarás el resto de tu vida y de la posterior vida.

Yo estaba totalmente de acuerdo con lo que me dijo. Me asomé a la única ventana, donde vi a Carlos mirándome. Yo muy motivado le dije:

Víctor: Tienes razón, no puedo dejar que se vaya se rositas después de quitarme a lo que más quiero en el mundo. No importa lo que me cueste y el tiempo que me lleve, pero me vengaré aunque me cueste la vida. Esto va por ti hermano y muchas gracias amigo por darme la decisión correcta. Ya se lo que hacer: VOY A POR TI, VASILIY JAKOV

Continuará… La condena de la realidad.

  Angelus LLC: Servicios digitales para webmasters

Deja un comentario

Completa la siguiente suma *