Viaje mental: Bonitos recuerdos

Continúa la historia que Viaje mental. Este es el segundo capítulo después de La apuesta. Para más información accede a los enlaces anteriores.

Elial: ¿Dónde estoy? Este lugar me es familiar. ¡Ya me acuerdo! Aquí fue donde ese muchacho quiso acabar conmigo. Ahora es cuando me arrepiento de haberle dado esa bolsa. Pero. ¿Qué hago aquí? Se supone que me había quedado inconsciente después de haberle ganado en una pelea, pero estoy aquí otra vez sin ninguna herida. ¿Será un mal sueño?

Mientras Elial se preguntaba por todo aquello, Bruno se estaba acercando hacia la carretera. Al verlo, Elial mostró una cara de enfado, pensaba que todo aquello era un sueño premonitorio y que tal vez, se había quedado dormido y acabó allí. El político decidió reaccionar y le dijo a Bruno con una voz imponente:

Elial: ¿Con qué tu eres Bruno? ¡No vas a conseguir matarme! He contado con la ayuda de una premonición y no pienso tener piedad contigo. ¡Vamos, ven y lucha si es que lo deseas!

Bruno no le hizo caso. Caminó hasta llegar al centro de la carretera y se quedó quieto.

Bruno: Vamos Elial, vamos a ver si tu codicia te llena de la suficiente valía como para atropellarme

Elial: ¿¡Será posible?! ¿¡Cómo te atreves a reirte de mi!? ¡Vas a pagar por esa ofensa!

Muy enfadado, se dirigió a toda velocidad hacia Bruno para darle un puñetazo, pero para su sorpresa, atravesó su cuerpo como si fuera un fantasma traspasando a una pared. Elial se quedó boquiabierto, no entendía por qué lo atravesaba. Trataba de golpearlo, sin embargo siempre acababa atravesándolo y Bruno no se daba cuenta de que tenía a Elial delante de sus narices.

Elial: Esto no puede ser verdad, le atravieso sin importar como lo golpeé. ¿Y por que mira tanto hacia delante?

El funcionario se dio media vuelta para saber qué miraba Bruno tanto. Se veía a si mismo con su Lamborghini dando un frenazo. Elial lo primero que pensó fue saltar encima de su coche. Al saltar, se quedó flotando en el aire. Se encontraba confundido y a la vez sorprendido. Desde su posición miró todo lo que pasaba abajo. El Elial que estaba en el coche frenó justo, el momento en el que Bruno le desafió y en el momento de aquella corta pelea. Se admiraba a sí mismo por sus habilidades de lucha. En el momento en el que su yo se iba a ir tras haberle dado el dinero a Bruno, quiso pararle diciendo desesperadamente

Elial: Espera Elial, no cojas ese coche, vas a morir si lo hac..

Su yo le atravesó de nuevo, entrando en el coche y marchándose. Seguía sin poder creerse todo lo que pasaba. No podían ni verle ni oírle ni si quiera tocarle y flotaba en el aire sin ninguna razón lógica. Lo único que se le ocurría era que estaba muerto y había viajado en el tiempo para salvar su propia vida. Bruno estaba totalmente inmóvil y Elial tampoco sabía por qué. Tenía exactamente la misma pose y la misma cara con la que Elial lo vio por última vez. Si no pudo salvarse a sí mismo, al menos intentaría quitarle el maletín, pero cuando volaba hacia Bruno, se iba alejando cada vez más por muy rápido que Elial volara.

Llegó el punto en el que Elial fue expulsado por una fuerza de aquel lugar. De un momento a otro se encontraba en un espacio de color blanco, era infinito y estaba lleno de lo que parecía ser cuadros con imágenes que se movían. Esas imágenes mostraban los momentos que Elial vivió.

Elial: Esto es cada vez mas extraño, así que ahora me encuentro en un lugar lleno de cuadros. Alguien está detrás de todo esto.

Tras quedarse un rato pensando, finalmente supo casi todo lo que sucedía.

Elial: ¡Claro! Este lugar en el que me encuentro es mi propia mente, y todos estos cuadros representan aquellos recuerdos de mi vida. Cuando estuve en aquella carretera, estaba viendo uno de mis recuerdos como si estuviera viviendo ese momento una vez más. Aquel recuerdo, permanece en un cuadro, el cual se sitúa a mi izquierda, junto a muchos cuadros más. Cuando olvido un recuerdo, desaparece un cuadro. Es imposible que haya entrado en mi propia mente solo. Algo o alguien me ha hecho entrar y quiere que viaje por mis recuerdos para que descubra algo. Aún no se su motivo, mas quedándome aquí no averiguaré nada. Esto de los cuadros me recuerda mucho al Super Mario 64.

El viaje mental acababa de comenzar, tal y como dijo Tiffany viajaría por 12 de sus recuerdos. Se dirigió a su segundo recuerdo: Se encontraba en Hospitalet, una ciudad situada en la provincia de Barcelona, en un largo callejón sin salida. Justo en frente suya, estaba el presidente de la Generalidad de Cataluña Carles Puigdemont.

Carles: Bien Elial, he oído muchos cumplidos hacia ti. Al parecer, has hecho que los españoles vuelvan a tener fe en el gobierno. Dejando eso a un lado, como ya sabes, queremos la independencia y necesitamos votos suficientes para conseguirla. Pero para poder conseguirlo, necesitamos actuar igual que los españoles, para que sientan lo que sentimos nosotros cada vez que nos tratan como marionetas. En fin, quiero que votes a favor de la independencia, y a cambio, te daré este lingote de oro. ¿Qué dices?

Elial: No es una mala propuesta. Pero hay un pequeño detalle que has dejado escapar: No soy catalán y si bien no me equivoco sois los catalanes los que votais a favor o en contra de la independencia.

Carles: De eso ya me ocuparé yo. ¿Aceptas, verdad?

Elial: Si, trato hecho, dentro de dos días se decidirá vuestro futuro. Dame el lingote y me iré.

Carles le dio el lingote y Elial se fue. Todo aquello fue observado por el mismo Elial, quien consideraba un cabeza hueca a Carles, dado que le dio un lingote por no hacer nada. Elial iba a desaparecer de ese recuerdo, pero aprovechando que recordaba todo a la perfección, esperaba pacientemente a la hora de las elecciones, observando todo aquello que recordaba, esos dos días pasaron como si fueran de verdad. Elial, estaba en su casa , contemplando como su otro yo y Zoraida iban a ver la televisión para saber si Cataluña se había independizado.

Resultó que su voto fue nulo por no presentar el DNI, y aunque hubiera sido valido, no habría valido para nada, pues la mayoría de la población se negó a la independencia. Ambos Elial se echaron a reír. En medio de esa tonta carcajada sonó el teléfono. Era Carles, muy enojado con Elial. Lo cogió tranquilamente, pero había dejado de reirse.

Carles: ¡Te lo diré en castellano otra vez para que me entiendas! ¡Dame el lingote o atente a las consecuencias

Elial: Quien debería preocuparse por ellas eres tu Carles. He grabado aquel momento en el que me diste el lingote en Hospitalet para que votara a favor de la independencia. Si lo comunicas en directo, pasaré muchos años en chirona, mas tu los pasarás conmigo y perjudicarás considerablemente tu imagen y sobre todo a los catalanes, que ya no confiarán ni en ellos mismos.

Carles: ¡Esto no quedará así!

Elial: Veo que aun no piensas. Todo lo que hagas irá en contra tuya. Sigue siendo la persona que eres y déjame en paz. Puedo ser yo mismo quien mencione todo esto. Me meterán en la cárcel, pero valdrá la pena con tal de verte allí conmigo. Hasta nunca, español.

Y ahí fue cuando Elial fue teletransportado  hacia su mente.

Elial: Que bien que no me haya hecho nada, estaría claro que sería su final. Bueno, me dirigiré hacia otro recuerdo.

El tercer recuerdo era el siguiente: Elial, detenido por los periodistas, quienes preguntaban sobre aquellos rumores que lo consideraban un corrupto más.

Elial: No se quien o quienes os contó esas memeces, yo he sido siempre fiel a mis principios y no voy a meterlos en un sobre con dinero. Lleváis mucho tiempo detrás mía y ya estoy perdiendo la paciencia. Si no os importa, tengo que irme.

Tras alejarse el político, los periodistas decidieron seguirle, escondidos para que el no sospechara, pero sabía demasiado como para no darse cuenta.

Aún así, Elial caminaba tranquilamente como si fuera un ingenuo. Durante ese corto camino, se encontró con un vagabundo el cual le agarró de la pierna pidiendo una triste limosna. Elial aceptó y le dio al vagabundo 50 euros y le dijo:

Elial: Le aconsejo que se lo guarde en un lugar donde no sea su sombrero, hay muchos ladrones en busca de inocentes para robarles el dinero.

Tras presenciar este acto, los periodistas pensaron que Elial no era como las personas lo describían. Aunque el sabía que esas descripciones eran verdad. Elial salió de ese recuerdo, con unos aires superiores, sonriendo por la facilidad con la que engañaba a la gente.

Su cuarto destino fue una ciudad de Orense, ciudad capital de Orense, situado en Galicia. Había una manifestación debido a la cantidad de basura acumulada. Aquellos concejales de residuos se encontraban junto a Elial, quien se metió en ese problema por sobornar a los concejales. Ellos eran cubiertos por la policía. Aquellos ciudadanos tiraban la basura contra los policías tratando de dar a alguno de sus objetivos. Una joven llamada Fayna, logró esquivar a los policías y logró propinarle una patada voladora en la cara a Elial. Él mismo observaba impresionado como la chica le golpeó, recordándolo como un momento de adrenalina. Su otro yo se levantó emocionado por empezar una buena pelea.

Fayna no dijo nada, solo se lanzó hacia Elial para volver a golpearlo con el mismo golpe, pero Elial no bajó la guardia esta vez y trató de golpear con otra patada. Chocaron ambas piernas y aprovechando que Fayna estaba en el aire, justo casi a su altura, le dio un directo de derecha. Ella logró defenderse a tiempo, sin embargo la hizo retroceder y caer mal. Cayó sobre una pequeña varilla de acero. Fayna golpeaba continuamente a Elial y el no podía esquivar todos los golpes y si seguía usando sus brazos como defensa, se romperían tarde o temprano. No podía seguir peleando más, así que decidió usar una guillotina para terminar con el combate. Fayna le golpeó en la cara con un gancho de izquierda. Elial aprovechó para agarrar su brazo izquierdo y apartarlo de su guardia para que le sea más fácil entrar en ella, consiguió hacer una guillotina con éxito.

Elial, satisfecho por saber que escapó de allí, se teletransportó hacia su propia mente una vez más. Seguía feliz por presenciar lo que eran para el bonitos recuerdos, salvo el primero. Continuó con su viaje mental. Su quinto destino, era su propia casa, se encontraba viendo una película junto a Zoraida, ambos abrazados con una muy buena manta, cuando de repente, se oye el sonido de la puerta.

Zoraida: Espera cariño, ya abro yo, seguramente sea para mí.

Efectivamente, era para ella. Era su madre Adriana, quien se había enterado de lo que Zoraida había hecho con el 20% de los sueldos de los profesores del instituto al que iba.

Adriana: ¿Por qué tu Zoraida, por qué tú, no crees que ya has hecho suficiente daño? No voy a volver a callarme otra vez esas canalladas.

Zoraida: Madre, yo… lo siento, no se donde tuve la cabeza en ese momento, Elial me convenció para que lo hiciera. Lo siento mucho.

Adriana: Ese idiota de Elial. Querida, deberías dejar de estar con él, ¿no lo crees? Te esta llevando a un mal camino. Anda, arregla ese problema y devuelve a los profesores el dinero que se han ganado.

Zoraida había mentido totalmente. Fue su idea y Elial no tuvo nada que ver y no tenía pensado devolver nada. Elial lo escuchó todo y decidió darle una lección a su novia.

Una semana después, Adriana volvió a casa de los novios para darle las gracias a Zoraida por haberle hecho caso. Cuando se fue, Zoraida supo que Elial tenía que ver en todo esto. Enojada le preguntó a Elial.

Zoraida: Elial ¿Qué has hecho?

Elial: Yo nada, lo has hecho tu, has arreglado este asunto devolviendo a los profesores el 20% que les faltaban más 60 eurillos mas por cabeza.

Zoraida: ¿Tu eres imbécil o que? Ese dinero lo iba a usar para mis vacaciones.

Elial: Deberías estar agradecida, ya que si no llegara haber hecho esto, te meterías en un grave problema como alcaldesa. Denada (Se acerca y le da un beso).

Elial regresó a su mente a la par que decía.

Elial: Así aprenderá a no mentir, aunque bueno, han pasado dos años desde aquello, no tiene sentido guardarle rencor. En fin, yo creo que esos profesores se lo merecían. Después de todo, trabajan duramente para conseguir que los niños se conviertan en hombres de bien. Bueno, no voy a ser sentimental justo ahora. No se cuanto tiempo durara este viaje de recuerdo en recuerdo, pero quiero aprovecharlo.

Dicho esto, viajó hacia su sexto recuerdo. Se encontraba en Granada capital, en el ayuntamiento específicamente. Allí se encontraba el mismo alcalde de Valladolid, el cual, junto con Zoraida, convirtieron a Elial en alguien muy diferente a como era.

Elial: Esto debe ser cuando logramos encerrarlo en prisión. Estoy seguro, no se me puede olvidar.

Allí se encontraban Elial y el alcalde, solos en un despacho como aquella vez que sobornaron a Elial por primera vez. El alcalde sobornó a Elial para que pusiera una cortina de humo sobre los recortes que hizo en educación, ya que su poder de convicción era impresionante. Cuando terminaron esa conversación, Zoraida gritó ¡Vamos, detenedle!

Dos policías derribaron la puerta y con ellos, se encontraba Zoraida, quien era el cerebro de la operación. Mientras detenían a ese alcalde, Zoraida y Elial intercambiaron los sobres, recibiendo Elial uno con billetes falsos. Los policías pidieron al corrupto que le entregara el sobre, este lo hizo y uno de los policías rompió el sobre.

Zoraida: Así aprenderás, en este país hace falta gente honrada, deberías sentirte avergonzado. Que pases unos buenos años en la cárcel.

Alcalde: No deberías hablar cateta novata. Tú y tu novio…

Antes de que terminara la frase, el policía le disparó con una pistola eléctrica dejándolo inmovilizado.

Elial salió de ese recuerdo y volvió otra vez a su mente, reflexionando sobre su comportamiento.

Elial: Todo esto me ha hecho darme cuenta de una cosa. Si cambio, no podré ser feliz, el dinero es muy importante en mi vida. Necesito dinero para que mis padres me perdonen. Se que con eso me dirigirán la palabra y volveremos a ser una familia normal y corriente. Seguramente esté en coma ahora mismo. Sin embargo, me quedan recuerdos en los que viajar para poder confirmar que la actitud que he tenido desde hace 5 años es la correcta. Estoy casi seguro. Pero lo tengo que confirmar.

En el mundo real…

Lola: Dígame la verdad por favor doctor. ¿Morirá?

Doctor: No puedo prometer nada señora. Aunque sus heridas sanen en aproximadamente un mes, no sabemos si despertará del coma. Si despierta, será dentro de 6 meses, sino despierta, entonces trataremos de que sobreviva hasta que despierte.

Nestor: Dios. Hijo mío, por favor, quédate con nosotros.

Doctor: Haremos lo que podamos.

En el paraíso…

Dios: Bien, ya ha pasado la mitad del tiempo correspondiente.

Tiffany: Sí, pero las cosas no marchan bien.

Dios: Habla por ti, dentro de 6 meses, eliminaré a Elial de la faz de la Tierra, y el mundo podrá respirar mejor. No se porque apostaste tu gloriosa vida eterna Tiffany

Tiffany: ¿Por qué tan confiado Dios?

Dios: ¿Eh?

Tiffany: La puesta aun no ha acabado. Es más, aun le quedan 6 recuerdos por los que viajar.

Dios: Jajaajaja. Veo que no te rendirás así como así. Esos 6 recuerdos lo decidirán absolutamente todo.

Continuará…

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