Amaneciendo primavera

Se trata de la segunda parte de Amaneciendo amor. Una bonita historia, escrita en forma de prosa poética, con bonitas palabras de un sentimiento renovado. Todo el sentir concentrado en palabras, de un renovado amor que ocultó el dolor e hizo renacer mi alma…

Espejo de luces centelleantes. Reflejos de amores perdidos. Caminos regenerados de horizonte. Sonrisas de fondo encantando la mañana. Los sueños, imposibles de siempre, se rompen para dar paso al canturreo de los pájaros. El solsticio queda anclado en mi realidad. El resurgir de una ilusión vence la fantasía triste que tenía, para alumbrar con brotes de luz la ansiada libertad no falseada. Ya que con suspiros correspondidos el presente no puede ser mejor que el futuro.

Tras una noche estampada en estrellas y una luna arrogante, el cielo de tormentos concluye y el amor perdura; lágrimas concentradas en el universo. Tras un pasado que olvidar, el futuro se levanta prospero. El inicio de la primavera dará un sol radiante que expandirá un amor sin límites de barreras. Un amor que no conducirá al viejo mundo ya extinguido.

La nueva imagen evapora el llanto del reprimido. Los paisajes se multiplican en mis ojos y el astro que alimenta la llama de mi esperanza, crece tras las hojas húmedas de las lágrimas de la primavera, al ver que su estación será tan deseada. Caminando así por el nuevo paraíso, tiento mis pasos en el borde del abismo del amor. Una sola frase protege mi destino de mi fiel añoranza perdida: entender el significado para no errar una vez más.

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