Mi vida, con el nuevo elemento «Luna», tomó un giro radical. Mi inspiración se despertó con los sentimientos a flor de piel, con las ilusiones intactas a pesar del rechazo. Pues con un «te quiero» rompí el encanto, aun sabiéndolo y ahora mi alma sufre por no aceptarlo…
Alma vacía
Tengo una sensación muy intensa,
tanto que recorre mi cuerpo.
Lo siento desde que descubrí la ironía de tus palabras.
Me siento destrozado desde entonces y no tengo ánimo.
Noto que se me cae el mundo encima,
encima de mis sentimientos, aplastando mi voluntad.
Se me derrumba mi mundo,
el que tengo junto a ti, que es el único que me importa.
Se rompen las esperanzas y muero un poco mas,
sin morir, sin desear morir.
Derrochan los sentidos las sensaciones,
las que son desagradables y no deseo sentir.
Descarto la posibilidad de ser feliz, porque siempre vuelven las dudas.
Desprecio la magia eterna,
que creí haber reconquistado al reencontrarme con mi mitad perdida;
pues tu eres mi complemento, pero al no tenerte aquí estoy incompleto.
Mucho he durado feliz sin ti, sin lo que tú me distes y me llenó.
Pero la demora vacía mi alma y entonces es cuando regresa el dolor.
Tú llenas mi alma,
el alma mía que está seca de emociones que me causaste.
El alma mía que mía muere.
El alma mía que de tanto amarte se quiere unir a la tuya,
pero la herida la parte y el tormento la destruye.
La herida que tú cicatrizaste y que ha vuelto a abrirse.
Junto a ella se abre la puerta de lo incomprendido,
que es la espina de toda alma.
Pronto también se acabará la magia con la que sufro
y entonces no habrá voluntad de representar con palabras lo que siento.
Mi mundo se cierra, con el encanto roto, con las dudas desatadas. Soy un alma herida, con sueños fracasados que un día me otorgaron la alegría, pero con la ilusión intacta, ya que el rechazo era evidente al no estar en la misma sintonía sexual… Las metáforas se desvelan, los secretos se desvanecen: más evidente no puede ser.