-Contamos con una gran infraestructura a la vanguardia de la tecnología. Somos una ciudad en crecimiento, siempre fortalecidos por el apoyo de Tropolis y Elfas. Y ahora, para dar el último paso hacia la supremacía necesitamos una mente prodigiosa que proyecte nuestros logros.
-¿Qué pretendéis decir? -pregunto intrigado.
-Queremos que seas nuestro infiltrado para poner en practica el proyecto que hace años preparamos. Sabemos que tu capacidad es excelente y junto al organismo que te respaldaría, haría de ti una pieza clave tanto en la campaña política, como a la hora de superar esta crisis, e incluso en la posible guerra que se avecina. No tenemos otro objetivo sino el de salvar este mundo cada vez más hundido en la miseria.
El aire se congela. Hay mucho más escondido detrás de esas frases de lo que se puede intuir. Hablan de política, de crisis, de guerra… ¿Hacia dónde nos estamos dirigiendo? El mundo cada vez es más peligroso y las expectativas son desoladoras.
-Bien -continúa hablando Saúl-. Hablaremos ahora con más claridad. Te necesitamos como espía para nuestro gran proyecto. Te introduciremos chips en zonas estratégicas del cuerpo que te permitirá recibir información de nuestros expertos como si de pensamientos se tratara. Por nuestra parte, recibiremos toda la información que tus sentidos aporten. De esta forma quedaremos comunicados en secreto, lo cual aportará una gran ventaja a la hora de maniobrar -toma aliento envuelto en pensamientos y prosigue-. La misión consiste en aportar a nuestros aliados la información que nos están ocultando nuestros compatriotas. Lo cierto es que nos tememos lo peor, pero hasta que no sea confirmado no podremos hacer nada. En caso de equivocarnos en nuestras sospechas. o dar un dato erróneo que los impliquen en alguna trama, perderíamos toda credibilidad y seríamos como marionetas en sus manos.
Por fin algo de luz, aunque el túnel es demasiado largo. Cada detalle hay que pensarlo con determinación. La situación empeora por momentos y esta podría ser una vía a la esperanza.
-Muy bien -declaro al cabo de un rato sumergido en mí-, continuad.
Un leve murmullo recorre la sala, imperceptible para mis oídos.
-Si aceptas nuestra proposición deberás jurar el compromiso de fidelidad. No podrás hablar de esto con nadie y aceptaras las órdenes de nuestros expertos. A cambio recibirás toda la información que dispongamos. En caso contrario, borramos de tu mente la reunión de ahora y regresarás a Priedni en un par de días, bajo complicaciones en tu estado a causa del virus y seguido minuciosamente con el pretexto de mejorar tu salud.
Esta última amenaza no me ha gustado nada. Pretendía acceder muy contento ya que descubrir lo que está pasando es algo que me llama la atención, pero al obligarme el entusiasmo desaparece. Decido pensarlo minuciosamente.