274 Jonhy

Río amargamente. Estoy completamente loco. Percibo visiones imposibles del pasado y escucho toda clase de delirios. El virus me domina, mostrándome toda la clarividencia posible.

Hace muchos años, cuando todavía no se habían separado las especies, todos convivían en paz en la zona ahora llamada Frangul. Entonces, los dioses se aproximaron en un bote para dar forma a su plan divino. La mayoría de los hombres lo aceptó, pero hubo una estirpe, del grupo que realizaba magia negra, que se planteó dudas que ningún otro grupo se atrevió a pronunciar: ¿Realmente se cumplirá El enigma de los dioses? ¿Cuando el rey del norte y el rey del sur libren la última batalla, los elegidos serán salvados? ¿Por qué iban a llevarnos al ecosistema perfecto si reconocen que somos un error, el origen de la imperfección? Los hombres, según mandato divino, establecieron normas estrictas. Se prohibió el uso de la magia negra y el desarrollo de las facultades físicas. ¿Por qué? Porque la combinación de ambas prácticas podría dar con el secreto de los dioses, el enigma que anhelan. El idioma sagrado comparte poderes místicos con los dioses, pero sólo se puede desarrollar todo su poder mediante una preparación física y mental, superior. Llewin, sabiendo esto, mandó a los gull’s al norte y a los magos al este, y los separó con barreras de fuego que colocó en las fronteras. Además, condenó a vagar por el Hades a la estirpe, sin completar el ciclo de la vida. Pero hubo un mago, el líder de ese grupo, que escapó del submundo y regresó a Maguiltor, en forma de niño. Transcurrieron muchos años hasta que volvió a ser quien era, y cuando le llegó la hora de la muerte, recordó como había dominado el cuerpo que ahora tenía, y repitió la técnica, esta vez sobre una consciencia madura. Volvió a repetir su técnica, esquivando a la muerte en múltiples ocasiones, y fundó la hermandad de los Imperati, la más poderosa de Maguiltor. Pero sabía, que por mucho que perfeccione su técnica, jamás podría sobrevivir al diluvio. Por eso se puso en mente completar un plan que revolviera el destino dictado por los dioses, para evitar el temido fin del mundo.

Sifrid, engañando a su propia estirpe, proclamó a los suyos como orden sagrada, a la espera de la llamada de un representante de un dios olvidado, y al cumplir su voluntad serían recompensados con recibir un cuerpo. Tras ver los efectos del terrible veneno en el mundo gull, convocó a un espectro de la estirpe y lo mandó infiltrarse en los Reinos del Sur. La incursión del ser encapuchado coincidió alarmantemente con el desarrollo del virus, que además convenció a los hombres de que pertenecía a la raza gull, para posterior mente entrar en guerra en alianza con Maguiltor. Su esbirro capturó a Simón, un adolescente de los suburbios, y cuando murió Darío, gracias a su conspiración, le entregó el cuerpo prometido y lo instaló en el trono de los hombres. Su sumisión como rey de los hombres prometía ser recompensada con la liberación del resto de su estirpe que continúa vagando por el Hades. Por este motivo, mandó a todos ejércitos del sur a Zulús, donde ahora se encuentran prisioneros.

La cabeza me duele enormemente. Una revelación más y puede que me estalle. Me toco con los dedos… tengo sangre. Estoy al borde de la muerte.

Continúa leyendo 275 Kerwin; la primera crónica, o visita el índice de Los reinos del sur,
la primera novela de la trilogía, El enigma de los dioses.
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