-Ya ha llegado Alan.
-¿Y cómo ha ido? -le pregunto impaciente por saberlo.
-Bien. Aceptan el trato.
-¡Fantástico!
De esta forma, sólo queda informar a la Liga de las novedades.
-Quiero que Alan sea nuestros ojos y nuestros oídos en Los Mártires del Oráculo, y la mano derecha el propio Kerwin.
Aunque tiene en su cabeza uno de los chips, hasta ahora se negaba a activarlo. Pero en esta situación debe ceder. Está en juego el bien de la humanidad.
Al informar a la Liga, algunos se muestran recelosos, pero la mayoría opina que no tenemos otra opción, si queremos contar con un ejército de defensa. Hay que reconocer que son caballeros que luchan por nuestra patria, aunque los señores los consideren mercenarios. Sólo desean un lugar digno para vivir. Nunca lo han tenido, siempre nos hemos aprovechado de los suburbios. Ahora encuentran en la guerra la posibilidad de honrar su sangre, y lucharán por ello.
La suerte nos sonríe. Me acaba de llegar la noticia de que Erwin y Ziro se unen a la Liga. En un principio apoyaban al rey, pero ante la falta de recursos y la evidente falta de medidas, han decidido unirse a nuestro gobierno alternativo. Además, otros señores se plantean seriamente abandonar a Simón. La mayoría no lo hace porque perdería la ciudad por la que ha luchado toda su vida, pero división se consuma y ganamos presencia.
