Me han encerrado en la cárcel del norte, sin mis pertenencias. Puedo sentir como el virus se desarrolla dentro de mi cuerpo, sin la oposición de la medicina. Mi mente no puede aguantar la curiosidad, y busca a través de la lucidez, la mejor manera de salvar a los míos. Con el terrible descubrimiento de anoche, no puedo hacer otra cosa.
-¡Nick escúchame! -grito desesperado, con la esperanza de que él me escuche aunque yo no pueda- ¡Maguiltor va a atacar Rasel, pero es una trampa, sus verdaderas intenciones son las conquistar el Reino de Frangul y seguidamente el resto de reinos!
Pero mis gritos son inútiles y mi desesperación crece. Desde que me capturaron, sólo he escuchado ruido. Parece que el enemigo intercepta la señal.
Después de unas horas, caigo rendido. Me duele la garganta, la locura me domina… mi cuerpo se deteriora. Los síntomas del veneno comienzan a hacer efecto. La cabeza me da vueltas, mi piel se contrae… ¡No sé cuanto aguantaré más!