Llego a Ozak. No me esperan en la entrada como ocurre normalmente cada vez que estoy ausente. Me extraño. Los sirvientes no se encuentran en su puesto. Mi curiosidad crece.
Accedo sigilosamente al interior, donde se encuentran las habitaciones. Todos duermen. Despierto a un trabajador de mi confianza.
-¿Qué ocurre?
–Simón ha nombrado a Joel nuevo señor de Ozak, y a ti Sigan -vacila-, proscrito por abandonar tus obligaciones.
-No me esperaba menos de esa alimaña que tenemos como rey… -murmuro para mí- ¿Ha habido algún otro cambio?
-No, ha mostrado tu deshonor como ejemplo por si a otro señor se le ocurre incumplir sus normas.
Un ruido me alerta del peligro que corro.
-¡Escóndete!
Así lo hago. Mientras el trabajador y un soldado hablan, me escabullo gateando. ¿Soldados en Ozak? Simón ha debido dividir la Guardia Real entre las ciudades del Reino de Frangul para asegurarse de no perder el control del reino.
Regreso al vehículo privado antes de ser descubierto.
-Regresamos a Elfas. -le ordeno a mi piloto.