Llego a escondidas al muelle del puerto. Allí descubro que un par de marineros preparando un viaje hacia la isla.
-Estas cuerdas están más duras que nunca -comentan entre ellos-. Además, las velas no van a servir de mucho… Vamos a tener que realizar algún conjuro.
Uno de ellos se aleja, buscando un libro de magia por si tienen problemas durante el viaje. Aprovecho para atacar por la espalda al otro. Con un rápido movimiento, le tapo la boca y le parto el cuello. Me pongo su túnica y escondo el cadáver, mientras el otro no vuelve. Cuando lo hace, me tenso al pensar que puede reconocerme.
-Preocúpate de la popa. Yo llevaré el timón.
Por un segundo pienso en utilizar el láser, pero al comprovar que me trata como su compañero, guardo el arma.
-¡Hacia Siara!
La embarcación es golpeada duramente por fuertes olas. Se tambalea, durante unos segundos, pero avanza a duras penas.
-Vamos a realizar unas oraciones para llegar a nuestro destino lo antes posible. -me propone el marinero, pensando que soy su compañero.
Comienza a pronunciar unas palabras en el idioma de los magos. Permanezco callado, intentando disimular… Enseguida se da cuenta de que no lo acompaño y se acerca para descubrir por qué.