Me presento frente a los miembros de la Liga, completamente abatido.
-No he podido hacer nada para recaudar más apoyos. Muchos señores ven a Simón como el Hijo del dios verdadero. Incluso Jonhy nos ha fallado. En este momento nuestros ejércitos se encuentran de camino a Zulús y somos completamente vulnerables.
-¿Qué podemos hacer nosotros? -pregunta Judith.
-De momento rezar para que no suframos ningún ataque mientras dure la misión.
Todos nos lamentamos, en silencio.
-He oído que aquí se celebran reuniones clandestinas.
La puerta se abre y aparece la figura inconfundible de Sigan.
Las reuniones de la Liga se realizan en Elfas, el lugar más seguro de los Reinos del Sur. Judith y Sarah son partidarias completamente a mi política. Sin embargo, los rumores se han filtrado por el mundo.
-No… -intento disimular pero titubeo- sólo tratamos de evaluar los recursos…
-No te justifiques -me responde-, somos buenos amigos.
Finalmente nos fundimos en un abrazo.
-Debemos mantenernos en secreto porque no contamos con apoyos suficientes para suponer una alternativa política competente.
-¿Y qué os parecería si me uniera a vuestra Liga? Seguro que conmigo podréis conseguir los apoyos necesarios para vuestros intereses políticos.
-¿Hablas enserio?
-Por supuesto. Goor, Joel y Alex cuentan con el máximo apoyo de Simón. Me huele a que estaba todo planeado.
Una acusación de esta magnitud supondría un desafío al actual gobierno.