Nos reunimos urgentemente en la Mesa Rectangular. Goor tiembla de miedo al adivinar la acusación de Sigan.
-Hoy hemos amanecido con la lamentable noticia de la muerte de Darío. -habla Joel-. Estamos aquí para hacer el traspaso de poderes. El Gran Consejo de los Importantes tomará el control del gobierno durante una semana, el tiempo estipulado dedicado a la campaña política. Dos candidatos, Sir y Krhisten, se disputan el trono de Frangul. Deberán convencernos, porque la decisión será exclusiva del Consejo. Sólo los Importantes votarán por el futuro rey.
Los asistentes conocen el protocolo y a nadie le sorprende las medidas establecidas.
-Quiero juzgar -se levanta Sigan lleno de odio- y condenar a Goor, por el asesinato de Darío. Ayer mismo quiso provocar una insurrección. Hoy debía ser juzgado por el mismo Darío, que ahora yace sin vida.
-Yo no lo hice… -responde el acusado.
Todos le acechan, increpándolo. Piensan que es culpable.
-¡No! -me levanto para hacer justicia-. Goor no fue. Abrir la comunicación con Pode. Saúl tiene pruebas para inculpar…
-¡La petición queda impugnada! -se levanta el portavoz- Goor será juzgado.
-Solicito la comunicación inmediata con Pode.
–Joel dirige la reunión. Aunque no cuente con la autoridad del rey, sigue teniendo potestad sobre el desarrollo de la reunión.
-¡Precisamente él es uno de los culpables de la muerte de Darío! -rujo, enfurecido.