Recibo una comunicación de Ozak. Se trata de Goor.
-La insurrección no se llevará a cabo. Hemos perdido apoyos…
-¿Cómo? -pregunto alarmado.
-Sí. Joel no ha confirmado su fidelidad hacia nosotros… y Fox tiene miedo. ¡Estamos perdidos! Mañana seré juzgado ante Darío.
-¡Espera! -sugiro pidiéndole calma- Dame unos minutos.
Cierro la comunicación y la abro con Maguiltor. La distorsionada imagen no confirma la presencia de mi aliado, pero cuando escucho su voz no hay duda de que es él.
-¿Qué ocurre? -me pregunta.
-Hemos planeado una insurrección para desplegar nuestros ejércitos, como socicitaste, pero ha fracasado. Joel se ha negado…
-Sí, lo sé. Joel ha obedecido mis instrucciones.
La sorpresa me envuelve.
-¿Cómo? No lo comprendo.
-No deseo aliarme con un mundo dividido.
Sus palabras me hielan la sangre.
-¿Ya no desea nuestro apoyo?
-Sí, aun lo deseo, pero no mediante una insurrección. Tengo planes precisos para provocar un golpe de estado. Cuando el rey sea derrocado, su sucesor unirá a los hombres a nuestra causa.
Entiendo perfectamente sus intenciones, pero debería haber sido informado con anterioridad, porque al destapar nuestras intenciones Goor y yo hemos perdido poder.
-No te preocupes -concluye-, la reunión de hoy será rápidamente olvidada.
Y la comunicación finaliza. Enseguida voy a contactar de nuevo con Goor, para contarle las novedades.