Mis amigos han decido no avisar al gobierno, pero yo no me puedo quedar quieto. Si Maguiltor consigue dispersar a los dos ejércitos, nos aplastará. Nosotros no supondremos una gran oposición. Contamos con espadas, armas de corto alcance. No estamos bien equipados para comenzar una guerra. La única posibilidad con la que contamos, es la de permitir que los privilegiados encabecen la campaña. Aun así creo que el imperio vencerá, pero al menos uniremos las fuerzas para proponer la mayor resistencia posible.
Me uno a un grupo de caballeros. Juntos hacemos una incursión en la técnica de la lucidez. Intento encontrar información sobre como contactar con los privilegiados y hablar de forma contundente para que no me tomen por un loco más. Las imágenes me muestran un largo camino hacia el oeste, hacia Tropolis. Una vez allí debo presentarme en la ciudad experimental donde cientos de cámaras recorren centímetro a centímetro la zona. Debo hablar sobre el cuerpo que estudian, sobre el por qué no han descubierto nada. Se trata de un gull traído por el emperador, cuya respiración no provoca el virus-g. Un engaño bien elaborado para hacer creer que es el ser encapuchado que cruzó la frontera. El verdadero infiltrado es un espíritu, que se esconde en las mazmorras del Castillo Real, esperando su momento para encabezar una invasión. ¡Tienen que saberlo!
Camino directo hacia la ciudad experimental. Tardaré horas, tal vez días, pero cuando llegue mi voz sonará en las altas esferas del mundo, y contarán con la información necesaria para tomar la mejor decisión.
Cuando llego a las puertas de la ciudadela una increíble ráfaga de aire me sacude. Mi rostro golpea en el suelo y por unos segundos pierdo el conocimiento.
Intento levantarme pero una bota me aplasta la sien.
-¿Pensabas destapar mi plan? -me habla una voz siniestra.
-¿Qué…?
-¡Sí! No te hagas el loco. ¡Hasta aquí llegó tu suerte!
Y noto como me clava algo en la espalda, produciéndome una grave herida. El dolor que siento es intenso.
-¡Ahora muere! -sentencia mientras me golpea de nuevo, mortalmente.