La decisión del rey es irrevocable. No nos permitirá entrar en guerra. Pero no podemos permitir perder el favor de Maguiltor. El rumor que crece, a la sombra. Nadie habla, nadie se atreve a romper el silencio, a decir lo que todos callan.
Abro la comunicación con Ozak.
-¿Sí, señor? -habla Goor, desde su habitación privada, al otro lado.
-Creo que es el momento idóneo para la insurrección. Si conseguimos el apoyo del Consejo, estaremos bien respaldados y Darío sólo podrá aceptar nuestra voluntad.
-He descubierto qué ciudades apoyarán la medida.
-¿Y bien? -le pregunto impaciente.
–Aisi, Insul, Omit, Tatensul, Melaniti y por supuesto las nuestras. El resto apoya entrar en guerra, pero no mediante la insurrección.
-Ha llegado la hora de romper el silencio ante el Consejo.