18 Danny

-Chicos… -grito asustado- ¡Aquí no hay pared!

-¡Nos hemos pasado! -comenta Helen.

Continúan discutiendo mientras escucho algo en la oscuridad.

-¡Silencio!

El pánico me invade.

Pienso que puede ser una bestia del bosque. Trato de quedarme inmóvil, para pasar inadvertido. No hace viento, por lo que le será difícil rastrear mi olor. Intento no pensar en nada. Si me descubriera estaría muerto.

El sonido se convierte en pasos. Está muy cerca. Puedo notar incluso su fétido olor a muerte. No puedo moverme, aunque seguramente podrá ver en la oscuridad mucho mejor que yo. Mi sombra está en sus ojos, como parte de la noche. Mi corazón late tan fuerte que parece que quiere escapar de mi pecho, La angustia me invade, pero no puedo dejarla fluir. La total oscuridad y el absoluto silencio me favorecen. Sólo un error y será fatal.

La bestia, posiblemente un ogro, merodea demasiado cerca. Si continúa buscando me encontrará. Tengo que hacer algo, ¿pero qué? No tengo las fuerzas para luchar con él, ni la velocidad necesaria para poder huir con posibilidades de escapar. Esos seres se alimentan de hombres, por eso merodean todas las noches por aquí. Soy su presa en todos los sentidos.

-Ummm -pronuncia el ogro-. ¡Huelo a carne fresca!

Según oigo esas palabras de sentencia, corro con todas mis fuerzas. Ni siquiera sé hacia donde. Hacia donde sea. El ogro me persigue. Ahora el sonido está a su favor. Cada zancada que doy, sabe exactamente en que dirección es. Aun así trato de perderle. Por suerte no es mucho más rápido que yo y no me alcanza, pero pronto me agotaré.

Giro una esquina a la izquierda esperando que le distraiga. Por un segundo creo haberlo perdido. Nada más lejos de la realidad: ahora está más cerca. Debió verme girar. En esta calle hay algo de luz, aun escasa. Me ha alcanzado y se dispone a agarrarme del brazo. Lo esquivo con un veloz movimiento y con la otra mano le golpeo con todas mis fuerzas en el rostro. Mientras se lamenta, huyo.

La mala suerte se ceba sobre mí. Cuando consigo unos metros de ventaja, me tropiezo con algo en el suelo y me estampo contra la pared. Al mismo tiempo, el ogro se ha recuperado del golpe y avanza hacia mí.

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la primera novela de la trilogía, El enigma de los dioses.
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