19 Ser encapuchado

Camino detrás de Jonhy, el chico que se ha quedado atrás del grupo que escapó de Priedni. Lo hago con pasos lentos, dejándome oír. Su terror es palpable.

Darío… ¡Necesito tu ayuda!

Esa súplica me provoca una vil carcajada. Darío está a punto de pasar a la historia. Su tiempo se agota. Ya nada puede hacer para salvar a los hombres. Se lo hago saber al chico, que se desmaya bajo mis pies, víctima del hechizo de mi voz. Ahora puedo cumplir con mi misión…

-(¡Alto! Jonhy no puede ser el elegido: tiene sangre del rey. Todos los hombres que han escapado de Priedni tienen esa condición. Sigue hacia el oeste, llegarás al río Carim. Síguelo hasta que encuentres un pueblo no privilegiado. Allí hay otro grupo de jóvenes a tu alcance. Da con ellos y sabrás cuál es el elegido. Además… no creo que tengas problema para encontrarlo: vuestras mentes están vinculadas. ¡Pronto cumpliremos la profecía!)

Sí… la profecía. La profecía cuenta que muy pronto el viejo rey Darío caerá y un nuevo rey, con renovadas fuerzas, lo sucederá en el trono para conducir a los hombres a la guerra, y así poder librarlos de la amenaza que los acecha… Está escrito en el libro más sagrado de la historia: El enigma de los dioses.

Ahora me dirijo hacia el río. Debo cumplir las órdenes de quien me ha convocado. Una orden sagrada ha sido llamada. Cuentan los oráculos que esta estirpe, al principio de los tiempos fue condenada a vagar por el Hades por ser los culpables principales de romper la paz de la primera edad. Dicha condena sería concluida cuando un representante de un dios olvidado nos convocara y cumpliéramos su voluntad. Mi lealtad es máxima, pero el resto de mi estirpe sigue vagando por el Hades y no ha sido liberada… pero ha cambio un nuevo juramento se ha pronunciado. El representante del dios olvidado me conducirá hacia un destino superior: encarnarme como un semidiós para restablecer el orden y el equilibrio que Omit Ozak carece. Así podré enmendar nuestro error y liberar a aquellos que siguen condenados. Además, con esta muestra de disciplina y eficacia, demostraré ser apto para el paraíso prometido.

Aun soy una sombra en la noche, carente de cuerpo. Por eso cuando crucé la frontera no pudieron pararme, ni dañarme. Pronto, este espíritu viviente tomará vida y usurpará el poder, para cumplir la profecía… para alegría de unos y desdichas de otros.

Continúa leyendo 20 Danny; la primera crónica, o visita el índice de Los reinos del sur,
la primera novela de la trilogía, El enigma de los dioses.
  Angelus LLC: Servicios digitales para webmasters

Deja un comentario

Completa la siguiente suma *