Llego a la sala donde se encuentra Darío a solas, justo a tiempo para abrir el paquete con él.
-Adelante, Krhisten. -me invita.
-Tengo que comunicarte asuntos secretos. Ni siquiera El Gran Consejo de los Importantes está al tanto.
Da una vuelta a la sala, inspeccionando el envío recibido.
-Este cuerpo pertenece al ser encapuchado. Lo acabamos de capturar…
-Se trata de un cadáver gull. -me confirma las sospechas.
Darío regresa a su trono y se sienta.
-Ahora me dirás que Sifrid tenía razón y me pedirás que acepte las negociaciones con Maguitlor.
Me sorprende excesivamente que sepa mis intenciones.
-¿Cómo lo sabes?
-Todavía tengo poderes. Estos ojos, estas manos, esta voz… -se lamenta- mueren, pero aun contienen algo de la magia que me glorificó.
Me aproximo a él decidido.
-¿Y qué piensa hacer?