-¿Tienes una espada? -me pregunta Quinn al contar lo de mi adiestramiento.
Asiento. La llevo escondida entre mis cosas. Esperaba no tener que sacarla. Es un arma muy peligrosa.
-¡Quiero verla!
Ante los signos evidentes de admiración, no tengo otro remedio que sacarla. Al mostrarla, incluso la vaina parece majestuosa.
-¡Oh! -exclaman cuando la desvaino- Eres un auténtico guerrero.
-Y con esos músculos podrías levantarnos con una sola mano -bromea Ryan-. Seguramente nosotros no podríamos ni levantar la espada y para ti es como una pluma.
Sonrío feliz. No esperaba tan caluroso encuentro. Los últimos meses de mi estancia en Priedni fueron duros. No entendían como podía entusiasmarme el hecho de estudiar y hasta me vi obligado a mentirles, pero ahora parece que lo han olvidado todo. Se alegran de verme tanto como yo a ellos.
-¿Entramos ya al castillo? -suplico casi deseando verlo por dentro.
-Por supuesto -me responde Kart devolviéndome la espada que había pasado a su mano.
El imponente castillo es un edificio espectacular de cuatro pisos. El primero y el tercero a penas cuentan con el cuerpo de la construcción cerrado y los laterales quedan desnudos, mostrando cuatro hermosas columnas a cada lado, que finalizan en almenas en la zona superior. El segundo y cuarto piso, cuentan con majestuosas alas que dan esplendor a esta maravilla. Dos ventanales se asoman desde cada una de las alas y, en el centro, una ventana alargada verticalmente desde la misma puerta a la misma cúpula.
Entramos por la puerta principal. Una gran sala se levanta sobre nosotros imponente: los techos son altísimos, en el centro una sala redondeada para los ascensores y a cada lado escaleras ascienden rodeándola.
-¡Esto es increíble!
A nuestra derecha el recepcionista nos observa con una sonrisa.
-La fiesta será en el ala inferior izquierda. Subir las escaleras y tomar la puerta hacia la izquierda. Cruzaréis un pasillo, la antesala del trono y finalmente la sala del trono.
Las fiestas de los ciudadanos se celebran en la primera planta, pero las fiestas anuales son convocadas por Darío y se desarrollan en su presencia, en la sala del trono.
-Bien, ¿vamos? -insisto ansioso.