102 Kerwin

El mundo se comprime hasta concentrarse en un minúsculo punto donde ni el tiempo, ni la distancia ejercen autoridad. Se trata de la isla donde vivimos, ahora y al principio de todos los tiempos. Los dioses arrojaron vida aquí, como quien se desprende de un lastre cargado de responsabilidad. Vivimos, crecimos, nos desarrollamos, hasta volver a ser una especie inteligente, recuperando conexiones cerebrales arrebatadas para no plantearnos cuestiones existenciales. Llegamos a ser un problema para ellos, porque el error que cometieron ha crecido y su secreto oculto podría descubrirse… -la espiral de conocimientos gira sobre sí misma- Planean una muerte digna para nosotros, los evangelios la profetizan… y hasta ahora todo ha surgido según lo previsto.

Los semidioses aparecen y reclaman el trono para reconducir el rumbo de los hombres hacia la destrucción. Cada dios mueve los hilos manejando a los gobernantes según sus deseos. La paz se instala momentáneamente para después ser abordada con mayor ferocidad. Hasta que el horror domine el continente y el último rey nos gobierne, entonces el nivel del mar aumentará hasta hundir la isla en el océano. Así está escrito.

En los confines de Maguiltor, después de superar la muerte en múltiples ocasiones, un antepasado desterrado ha cambiado el curso de la historia. Durante su larga existencia se ha planteado estas cuestiones y en su mente ha crecido la única idea de sobrevivir. Tras haber sembrado el pánico y la muerte en los reinos del sur, planea reemplazar al gobierno, mediante un inteligente engaño, que cambiará radicalmente todo lo profetizado. Así intentará evitar el temido fin del mundo.

La claridad aun gana más nitidez cuando observo el rostro de ese ser. A pesar de contar con siglos de existencia, todavía es joven. Ha descubierto la forma de dominar cuerpos y mentes. Su túnica oscura gira alrededor de él. Su mirada me escudriña las entrañas.

-¡Estás muerto!

Su amenaza implacable no deja lugar a dudas: he descubierto más de lo que debería y no puede permitir que lo transmita. Él controla el virus, la claridad nos inunda para introducirnos en su pesar y así conectar las mentes en un vínculo sensorial, capaz de asaltar los secretos más profundos que continúa buscando fervientemente. Revelar sus intenciones supondría echar por tierra todo por lo que está luchando y no va a permitir que ocurra.

La imagen de su silueta encorvada, observa como me retuerzo de dolor. Detrás. se abre una brecha de lo que parece otra dimensión. Al otro lado se encuentran mis compañeros intentando reanimarme. Su brazo se extiende intentando alcanzarme con un garrote sombrío. Un latigazo me golpea con violencia, al tiempo que regreso a mi cuerpo. Una fuerte tos me domina. Finalmente la brecha del mundo real absorbe toda lucidez.

-¿Qué ha ocurrido? -pregunto desorientado.

-Te hemos dado el antídoto.

-¡Bien! -respondo aliviado al saber que me he librado de una muerte segura- Coged todos los maletines que podáis y dirijámonos hacia el oeste. ¡Pronto estarán aquí!

Continúa leyendo 103 Evangelio de Dario; la primera crónica, o visita el índice de Los reinos del sur,
la primera novela de la trilogía, El enigma de los dioses.
  Angelus LLC: Servicios digitales para webmasters

Deja un comentario

Completa la siguiente suma *