De nuevo os presento una poesía, o una carta de amor, ya que entre las metáforas de la prosa encontramos los secretos más ocultos del corazón. El amor duele, porque pone las sensaciones a flor de piel y los suspiros no alivian, derraman más dolor. Pero escribir sí calma el tormento.
Haber que te puedo decir, y sobre todo, como lo digo para que me tomes enserio, para que por fin te des cuenta de lo que siento, que es real y no puedo esperar un día más sin saber de ti. Si estoy aquí, si te llamo, si insisto, no es por otro motivo que porque me has calado hondo y ahora no puedo desprenderme de ti, no puedo callarme y olvidarte, pues no me lo permite lo que tengo dentro, lo que me mata. No puedes pretender que ocurra porque mi corazón se ahoga en mí, me hace pensar, aferrarme a unas palabras, a unos sentimientos, a un deseo que clama, que me recuerda que existes.
Las dudas son un rumor, un puñado de preguntas sin respuestas. ¿Por qué no me respondes? ¿Por qué los momentos suceden y lejos de calmarme, lejos de desistir, me enamoro más, me muero por un encuentro que no llega y una ilusión que se desvanece? ¿Por qué tú, aun sabiendo que lo paso mal, aunque no sientas amor, no hablas para apaciguar mi agonía? Esa es la cruz en la que me adentro, sintiendo lamentos en el abismo del dolor.
Amor, es amor. Un amor profundo y sincero que sólo puede sentir un poeta, amante y prisionero de las sensaciones, con media sonrisa amarga, porque aun sintiendo el huracán de emociones, aun estando quebrado por dentro, desgarro del alma la magia, rompiendo la barrera, para mostrarme desnudo, tal y como soy, a los ojos de quien quiera descubrir, y a ti, para conmover esa roca de corazón que tienes. Para arrancarte un pensamiento, un detalle que me dé fuerzas para continuar o dejarme caer, vencido.
No importa si no me has creído, ni siquiera si me has hecho sufrir, si cayeron lágrimas o contuve la tormenta dentro de mí. Lo que importa ahora es el presente y un solo comentario tuyo apaciguaría la furia que no controlo, y podría hacerme feliz. Pero hazlo porque sino tendré que seguir igual, esperando ansioso una pista, un detalle, una sombra que me haga intuir que hay luz al fondo del túnel.