De nuevo me desnudo ante vuestros ojos. Mis sentimientos me vestían, y sin metáforas de mi dolor, quedo expuesto ante el silencio de mi alma. Aun vivo roto, quebrado ante tu reproche, aferrado a una esperanza que se desvanece con los siglos…
Ríos de melancolía cruzan el sentir de mi corazón, recordando noches estampadas en mi piel, añorando amaneceres unidos. Regalo del cielo abierto, sueño sentido conquistado. Ataduras del alma, después de atraerse, la separación arranca placer y la ausencia devuelve el dolor.
Espejo del vacío de mi vida, en secreto de alma, inmensa en detalles obsoletos. Regreso al abismo de la desesperación, compartiendo desgracias con el mismo universo, coherente de gracia divina. Secretos del silencio que me atan a la condena. Letras que guardan la magia encontrada en aquella fusión que impulsó mis emociones. Más amparo de mis deseos que ahora te aman sin palabras y ahora eres la espina clavada en la herida. Ahora eres una imagen maravillosa que invade la felicidad y ahora desearía no tenerte en mi mente.
Fueron momentos de encantos, miradas profundas, sonrisas inocentes, risas alegres… que inundaron mi ser con inolvidables sensaciones que me ayudaron a escribir, a decir que eras la amistad que me faltaba, a suspirar por cada frase tuya, a querer tenerte siempre para que nunca me faltara la inspiración. Pero cuando te fuiste estallaron las contradicciones dentro de mí, si en realidad eras la fantasía, un reflejo de mi plenitud alcanzada, un sueño de mis eternas ansías para encontrar la libertad en mis noches inacabadas. Ahora el debate está más presente que nunca. ¿Tu magia o mi engaño? ¿Mi encuentro con la plenitud o mi ceguera? ¿Es mi realidad perdida o acaso he despertado de un sueño?
Ojalá la respuesta estuviera al alcance de mis letras. Ojalá fuera tan sencillo como desterrarte y así olvidar mi secreto de amor, el por qué escribo esto y el por qué lo vínculo de forma extrema a mis sensaciones. Secreto de alma, por lo que no puedo encajar otra mirada, ni otra sonrisa. Secreto de alma, porque encajó con la tuya, se unió en la primera imagen y como si fueras un molde, ahí se asentó. Ahora lo que siento es que con tu ausencia me falta una parte de mí, la que es capaz de alegrar al resto. Siento que el marcharte me dejaste incompleto, ya que arrebataste mi mitad alegre, mis pensamientos y mi alma. Por eso ahora estoy en contradicción con mis sentidos. Puede que sólo seas una ladrona porque ante todo robaste mi corazón. Puede que no poseas esa magia, que sólo sea la mía compartida. Sea como sea, tu ausencia me divide y sólo soy dueño de aquella mitad que sobrevive amargada sin ti.