De nuevo me presento, ante el blanco de un nuevo artículo, para quebrarlo con la magia de las letras entregadas al sentir. Fueron muchos momentos que viví con pasión, que ahora transmito desde las metáforas de mi corazón, con el amor siempre presente.
El corazón me palpita desmesuradamente, haciendo vibrar a mi cuerpo y enloquecer a mis pensamientos. Una mirada al pasado ha sido suficiente. El huracán de los sentimientos se ha desencadenado de nuevo, arrasando mi piel y lo que hay detrás de ella. Magia y tormento unidos en la decadencia y esplendor, al poder compartir sensaciones y aguantar el dolor de sentirse enamorado. Rugiendo maravillas en el espejo del pasado y sosteniendo los pensamientos que dan forma a estas frases. Puede que desesperadas, tristes, condenadas al exilio, pero sinceras y capaces de conmover como lágrimas transparentes en algún lugar de tu mejilla, o suspiros huyendo del corazón maltrecho.
Son sueños fugaces, pero asfixiantes. Mi piel los contiene y el alma los protege. Colores en el gris ámbar del mar de la tristeza, de la añoranza que me ha derrotado al regresar a ella, del sueño que se antoja imposible al volver a soñar, del amor prohibido por errores. Muerto en esencia y vivo en pasiones, prosigo moribundo tras el despertar de la sensibilidad.