A continuación he publicado la primera poesía del libro Recuerdos que se van (y sensaciones que no mueren). Se trata de una poesía escrita en prosa poética con un ritmo poético y el estilo de prosa poética, donde las metáforas esconden la magia con bonitas comparaciones.
Me he resistido hasta el punto de la agonía. El sentimiento me ha infundado las emociones. El dolor ha brotado del silencio. Me he contenido hasta ahora, pero las frases deben fluir de mí para calmar el tormento. La magia vuelve, es el rumor el rechazo, la fantasía de lo imposible, lo que me condena a la lucha de pasiones.
Un amor prohibido me ha desatado frente al blanco, para quebrarlo con la tinta del remordimiento y el temblor detrás de la piel. Con esta mano empuño el instrumento que arroja luz a mi mente, enseñando caminos repletos de metáforas a tus ojos y haciendo posible ser feliz en el abismo. Pues en el filo me resisto, saturado por la magia que desprende mi alma, la misma que aquí se refleja en versos de amor. Me lanzo al clamor, al murmullo incesante; sólo para escribir, para hacer sentir la fuerza de las dudas dentro de mí. Atrapado en un sueño me rompo, un sueño que con letras puedo transmitir y con tabúes desafío el límite de la ética.
Tiemblo el recuerdo me hace vibrar. Lo prohibido eleva mi énfasis hasta puntos insospechados. La moral se deshace por momentos. Un solo pensamiento mata mi conciencia. Y lo deseo. Mi cuerpo lo pide y mi corazón palpita por él. Es el regreso del amor con un aliciente secreto. Es el conflicto interior que todo hombre contiene. Es la paz que amenaza con esfumarse para siempre. Es el fuego que ha vuelto a quemar, a atraparme en un mundo de ensueño, en mi silencio. El regalo de la esperanza me arroja destellos opuestos que juzgar. Una lluvia de letras conquista el papel, desahogan mi conflicto y dejan constancia de lo deseado. Para recuerdo eterno de mi inspiración. Dulce clamor encontrado.
