Haciendo la maleta es la primera parte de una trilogía de poesías, llamada Viaje. Descubre los sentimientos más profundos en una pequeña colección de metáforas del alma, donde el amor, el dolor, la pasión y la ilusión se convertirán en una sola, para acompañar a las sensaciones en este viaje.
Estoy triste porque a pesar de dirigirme al lugar que dará sentido a mi vida, puedo descubrir que no todo es como planeaba y puede que se derrumbe una vez mas mi mundo. Puede que mi corazón se libere como nunca o puede que todo apunte hacía la salvación de mi alma. Sin embargo percibo malas vibraciones que no hacen sino derrumbar mis esperanzas.
Siento que soy un espíritu libre, tan libre que estoy atado a esa libertad. Siento que puedo expresar lágrimas y convertir mi alma en letras que llenan páginas, pero que nunca seré compensado como debiera y si lo fuera, no sería plenamente. Siento angustia por una libertad que encierra una condena de la que debía haber sellado mi existencia. Siento amor derramado y dudas, muchas dudas, porque según me aproximo a mi destino mis pensamientos más abrumadores se vuelven. Pues al no conseguir condena, mas condenado estoy aún.
Mas no poder quisiera amar, porque al no ser compensado la angustia se apodera de mí. Pero en esta ocasión no se ha pronunciado sentencia y aun así el dolor se expande, porque ya estoy condenado. La libertad de mi alma condena mi corazón, en un desliz del destino. La condena de mi alma amarra con cadenas de dolor el debatir de mi corazón. Y todavía no ha hallado sentencia al amor que siente. No importa: Ya estoy condenado.