Después de la Primera Edad y la Segunda Edad llegó la Tercera Edad: La guerra. Descubramos lo que ocurrió en estos tiempos de turbulencias… o como está escrito en el libro sagrado que ocurrirá.
Fronteras sin fuego
Una vez levantadas las barreras de fuego, las fronteras quedaron vacías, dispuestas a ser cruzadas. Las dos razas desterradas emprendieron una dura guerra de la que no se obtuvieron noticias. El cielo lo reflejaba en un resplandor rojizo que quemaba el firmamento. Los hombres temblaban de miedo. Podría suponer la extinción. Pues podrían volver con aires de venganza y ellos no estaban preparados para hacer frente en batalla.
Segundo Rey: Darío, el hijo del Dios de la Noche
Por suerte, surgió el segundo rey y la aparición de poderes para ayudar a los hombres. Darío, el dios de la noche, ofreció protección cuando la noche caía, que era cuando más vulnerables eran. El nuevo rey, mandó construir torres de vigilancia en las dos fronteras del mundo de los hombres, posteriormente fueron sustituidas por torres de defensa con cañones. Este hecho proporcionó una gran tranquilidad en las gentes. Sin embargo no fue así en los hombres con poder que vieron aumentada su influencia. Pues Rasel y Rusul daban estabilidad y seguridad al mundo, mientras que Frangul tomaba las decisiones, y otras tantas instituciones que adquirían un poder desatado. Es el caso de Pode, que era el único centro de curación y el de Aisi, la única ciudad preparada para acoger los hijos de Darío. El rey creó una descendencia sagrada, con las mujeres del paraíso de Elfas, otra ciudad con gran influencia. Los dirigentes de estas ciudades comenzaron una carrera política para tomar un poder secundario, que se convirtió en una guerra dialéctica con fines ocultos de alcanzar el poder cuando el reinado de Darío concluya.
- Aquí concluye la tercera edad, y comienza la cuarta: tiempo de transición.