Otra vez estoy aquí, ante el silencio quebrado de un blanco sellado, con la magia de mis metáforas. Otra vez estoy aquí, blandiendo mis alas encadenadas de la ausencia de olvido, por un amor que pudo ser y uno fue. Otra vez estoy aquí, rememorando mis lamentos como tormento mudo, encadenado a las alas de magia.
Me cierro al mundo porque no quiero sufrir mas. Cuando supe lo que era, lo que no podía llegar a ser y que tenía en mente, solo se me ocurrió una palabra: Dolor.
Miro al cielo y carezco de inteligencia para nombrar las constelaciones, para poder pensar mas allá de las luces estrelladas. Pero sin poder hacer eso, podría sentirme feliz de contemplar esa visión y hacer que quien estuviese a mi lado sintiera el cosquilleo en su interior. Podría escribir versos referente a lo que todos vemos y nadie es capaz de interpretar. Y podría sentirme feliz simplemente por escribirlo y sentir que puedo escribir frases tan bonitas. Pero mi pasión se demora con la ausencia de una mirada cómplice que me acompañe. Sin una mano amiga que me acaricie, entriztezco.
Miro al cielo, sonrío por tener sentimientos tan profundos y sufro por no compartirlos. Pues mi deseo es latente y mi corazón se vacía sino se complementa.
Quiero amar y ser amado. Quiero que por fin tanto amor sea compensado. Ese es el único objetivo en mi vida. Mas incluso que sueños imposibles.