La poesía enamorada los sentidos, para deleitar el alma. Siente la ilusión, el dolor y la alegría del poeta, en su abismo presente. Conoce el interior destrozado, por un desamor, de un corazón palpitante. Conoce los secretos que dieron vida a la armonía de estas palabras.
La primavera arroja sus flores al alma, que es la esencia de cada sentimiento, el sentir de cada renacer. Primavera para establecer barreras entre amor y distancia, cuando ya ni las retinas aguantan el recuerdo y el desamor se pierde con la infancia que dejamos atrás. Escudos se cruzan entre abismo y presente, por un pasado que olvidar y unos acontecimientos que enmarcar. Reflejos estancados en las pupilas de quien mira, pero con más amor que elegancia. El destino es sólo un rumor que crece encaramado a la felicidad. Más encuentros con la fantasía, que al cumplirse como los sueños, aguarda al renacido, que soy yo mismo, la abertura de las puertas para emprender viaje. Porque al carecer de llaves, más horizontes no hay, que los que te quieran ofrecer. Porque al carecer de amor, más compensación no hay, que las que te quieran envolver con lágrimas de dolor. Por eso resulta tan poco probable que amada entregue su corazón tan sufrido. Ni siquiera su cuerpo como hizo antaño, ya que mis palabras son la mentira que al ser descubierta enseña al resplandor el deshonor. Porque con letras estoy desnudo ante la imposibilidad de amar. Ni siquiera al pensar, descubro sin aguardar secreto, el debatir de mi mente. Mi alma son las ruinas que han dejado tanto desamor superado.
