Acabo de recibir información confidencial de Sir. Me confirma, como sospechaba, que el cuerpo de Jonhy es tan superdotado como su mente. A falta de estudios científicos, mi teoría se consolida. Darío ha engendrado una generación a medio camino entre la imperfección humana y la perfección divina.
En la pantalla de la centralita parpadea un botón. Dick solicita abrir la comunicación.
-Hemos peinado la zona y no hay rastro ni de Kerwin, ni de sus compañeros.
-¿Acaso pensáis que puedo tolerar que un grupo de niños burle a una guardia armada? ¿Qué clase de soldados sois?
-Deben contar con algún tipo de amuleto que les proporciona suerte, porque en varias ocasiones nos han esquivado cuando los seguíamos muy de cerca y no se han escondido en los lugares que hemos buscado.
Mi paciencia se agota.
-Buscar en todos los rincones que encontréis. ¡Lo quiero cuanto antes en Tropolis!
-¿Por qué es tan importante ese chico? Sospechaba que no era para su reinserción en Priedni y me lo acabas de confirmar. Ahora es un fugitivo y no creo que tengas tanto empeño por mandarlo a la cárcel de Omit.
Su pregunta me pilla desprevenido.
-Tienes razón: es por un motivo personal.
La generación de Jonhy es el eslabón perdido entre nosotros y los dioses. Todos pertenecen a un estatus social muy alto, excepto Kerwin que ahora es considerado un fugitivo. Si logro capturarlo podré hacerle tantas pruebas deseé. Es posible que observando su ADN pueda reconstruir la cadena hacia la perfección. Porque fuimos creados perfectos… al menos eso creo, y por alguna extraña razón, las células a partir de una cierta edad no se regeneran. Los experimentos que preciso responderían a muchas preguntas, tanto científicas como espirituales.
-¡Encuéntralo!
