-¿Qué medidas vas a tomar? -me pregunta Krhisten.
Me levanto, orgulloso.
–El Gran Consejo de los Importantes queda indefinidamente disuelto. No voy a permitir que nadie cuestione mi autoridad. Y, por supuesto, los hombres entran en guerra para apoyar a Maguiltor.
La mayoría nos sorprendemos, pero Goor y Sir se mantienen inmóviles, como si supieran que esto iba a ocurrir.
-¡No puede ser! Si entramos en guerra quedaremos desprotegidos…
-No -respondo-. Los nuevos reclutas permanecerán en las ciudades frontera, adiestrándose como siempre con un par de maestros expertos. El resto, partirá hacia Zulús.
La tensión se agrava.
-Por cierto… hemos condenado a Alex y Joel por la muerte de Darío. Deben cumplir castigo…
-No, Darío murió por muerte natural. Ellos sólo entregaron su medicación, eso es todo.
-Creo que deberíamos realizar una autopsia…
-¡No! -mi voz resuena en todo el castillo– ¡Aquí yo tomo las decisiones! Alex y Joel seguirán manteniendo sus cargos, hasta nueva orden.
Asentimos, con gran terror.
-Ahora voy a presentarme al pueblo.