Peinando los suburbios me informan de que el ser encapuchado ha sido visto en la frontera entre el Reino de Pode y el Reino de Elfas.
-Voy a cambiar de rumbo -le comunico a Josef-. Tú encárgate de completar el informe.
-De acuerdo -responde-. Dalo por hecho.
Desvío un grupo de soldados, en varias naves, hacia el lugar indicado.
La oscuridad de la noche dificulta el rastreo. Las grandes luces de los vehículos recorren cada centímetro. Cuando pensamos que ha sido otra falsa alarma, descubrimos un punto luminoso en la lejanía. Nos aproximamos.
-Aquí lo tenemos. -pienso, cuando descubro la figura encapuchada con el candil, igual que en las descripciones.
Me aproximo lo suficiente como para no fallar. Conecto el punto de mira. Disparo.
El láser da en el objetivo, y éste se desploma. El cuerpo aparece tumbado boca abajo.
-¡Bien!
Incluso ha parecido demasiado fácil.
Abro la comunicación con Pode, ya que Krhisten se encuentra reunido.
-¿Qué hacemos con el cuerpo?
-Cargarlo y entrégalo a Darío. -me responde Saúl.
