172 Alan

Saúl me propuso un difícil objetivo. Llegué a los suburbios con el antídoto y recluté un ejército de valientes hombres. A Krhisten le vendrá bien contar con una hueste cuando sea coronado rey. La Vieja Guardia es una legión especial del Consejo y La Guardia Real sólo está preparada para defender. Será un obsequio por nuestra alianza. Además, las medidas empleadas por el gobierno no nos parecen las más adecuadas, y hemos decidido salvar algunas vidas.

Todo marchaba según lo previsto, pero después de la llegada del movimiento revolucionario, he perdido toda autoridad sobre los caballeros. Me veo obligado a cumplir las órdenes del líder de los rebeldes. Monto en un caballo para regresar a Pode. Al llegar, desmonto, abandono al caballo y entro por la entrada trasera.

-Descontaminación.

La sala se llena de gas purificador. Me quito la mascarilla y dejo el equipo a un lado. Tomo el ascensor para reunirme con Saúl.

-¿Qué ha ocurrido? -me pregunta con tono furioso.

-Ha sido visto el ser encapuchado que cruzó la frontera de Rasel. Avisa a la Vieja Guardia de inmediato.

Tras dar las órdenes oportunas, le cuento el resto de lo ocurrido.

Continúa leyendo 173 Dawn; la primera crónica, o visita el índice de Los reinos del sur,
la primera novela de la trilogía, El enigma de los dioses.
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