146 Efrén

Caminamos hacia el oeste. Los tres grupos hemos decidido marchar en esta dirección porque el virus ha azotado de este a oeste, y mientras el Reino de Rasel se encuentra arrasado completamente, el Reino de Pode y el Reino de Rusul todavía debería contar con abundante vida. Sin embargo, cuanto más avanzamos, menos supervivientes encontramos.

-Esto no tiene lógica. ¿Dónde está la gente?

Casas vacías, poblados enteros abandonados, ni siquiera los cadáveres se amontonan para dar explicación a la ausencia de vida.

-Que extraño -comento desconcertado-. Habría jurado que aquí encontraríamos muchos aliados.

Entonces, uno de mis antiguos amigos, saliendo de debajo de una tabla, nos hace señas para que guardemos silencio y nos indica que entremos en su escondite. Según descendemos, observamos en el norte una gran humareda.

-¡Rápido!

Bajamos a lo que parece un hogar subterráneo y coloca el madero en la entrada.

-¿Qué está ocurriendo? -le pregunto intrigado.

-Son los caballeros del conde. Cuando hubieron rumores del virus, se formó una hermandad en el Reino de Pode. Comenzaron a saquear pueblos y secuestrar habitantes.

Asiento. Algo había escuchado, pero no me había atrevido a creerlo.

Continúa leyendo 147 Saúl; la primera crónica, o visita el índice de Los reinos del sur,
la primera novela de la trilogía, El enigma de los dioses.
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