Despierto una vez más, después de perder el conocimiento varias veces. Las cadenas me aprietan la muñeca provocándome heridas dolorosas. Mi cabeza da vueltas. Desearía poder gritar y pedir ayuda, pero la mordaza me asfixia, impidiéndomelo.
-¿Qué tengo que hacer, amo? -pregunta la voz susurrante del ser encapuchado que me ha secuestrado.
-¿Regresar al oeste? ¿Y que hago con el chico…? Podría morir si lo dejara a solas… Entiendo… De acuerdo…
¿Qué esta tramando? ¿Con quién habla? No puedo hacer nada, estoy completamente a su merced.
Se aproxima lentamente hacia mí. Me agarra del pelo y me estira hacia atrás. Me quita la mordaza de mala manera y vuelve a darme agua con una esponja. También me da algo de comer.
-Tengo que cumplir otra misión antes de continuar contigo. Espero que no le causes ningún problema al humano…
¿Humano? ¿Qué humano? A continuación se aproxima hacia la puerta. Allí una figura humana le espera. La sombra le entrega la llave y desaparece. Cuando el hombre se aproxima para comprobar que todo va correcto, creo reconocer su rostro. Es alguien vinculado al gobierno.
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