Epílogo: La Reina de los Bosques

En el interior del Bosque Central, bajo sus inmensos árboles, se esconde una civilización. Son una raza formada en el destierro de Llewin, por aquellos desterrados que se encontraban de regreso a su territorio, cuando las barreras de fuego se levantaron, cayendo en el olvido.

Los hombres de los bosques son inteligentes, aunque no tanto como aquellos que viven en el sur. Dominan las artes mágicas aunque no tanto como los magos. Crecieron a la sombra, sobreviviendo a todas las dificultades, hasta que se aliaron con una poderosa potencia. Los adoradores de Nancy, al ser desterrados de Maguiltor, decidieron reorganizarse en el Bosque Central, al amparo de esta especie que pocos conocen de su existencia. Se ayudaron mutuamente y realmente se hicieron poderosos, completamente en secreto.

La prosperidad y el desarrollo de las gentes de estas tierras, se debió, a la adoración en exclusiva de la única diosa del enigma: Nancy. Su naturaleza femenina nos aporta valores de amor y buena convivencia. Es el único poder divino que considera que el paraíso se consigue venciendo guerras con el corazón y demostrando cordialidad y amistad. Yo, su Hija Nancy, represento todas las cualidades positivas de la diosa, y he unido en alianza a dos razas aparentemente en oposición. Los magos blancos y los hombres de los bosques conviven en paz y armonía en el Bosque Central. Nancy los ha protegido bajo su seno, librándolos de peligros y condenando a los invasores a una derrota segura. Tanto ha sido así, que me mandó con ellos, para gobernarles cuando el poder de Tais crecía en el este. Fui concebida como Reina de los Bosques y como Hija de la diosa del amor y la magia blanca, he reinado en este tiempo, enfrentando magia con magia y curando las heridas del Imperio durante largo tiempo.

En los primeros años se descubrió un híbrido en la zona central del gran bosque, que fue investigado durante muchos siglos. Algunos creyeron que se trataba del oxígeno de los dioses y bajaron, para respirarlo. Sus mentes se abrieron, descubriendo secretos verdaderos, pero cuando encontraban uno demasiado complejo, morían irremediablemente. Enseguida supimos que no éramos dioses para saber lo que ellos saben y decidimos tomar precauciones para que nadie más lo respirara. El cráter entero fue ocultado entre el espesor de la vegetación y rodeado de grandes barricadas. Varias tribus, con el favor de la diosa, lo custodian día y noche.

Un rumor creció en el norte. Viaje a propósito para comprobarlo con mis propios ojos: había una descomunal masacre. Después, el rumor se extendió hacia el sur. Volví a viajar para comprobarlo. Otra mascare en el sur. Los caídos presentaban los mismos síntomas que aquellos que bajaron al cráter para respirar el oxígeno de los dioses. Además, los acontecimientos han descarrilado de las profecías. No me imagino que ha podido ocurrir. Ahora llego por fin al origen de toda esta locura.

La barricada se levanta varios metros de altitud. Se ha forjado hierro para crear vallas sin huecos. Arriba, cables con pinchos sellan el paso. Cientos de vigilantes se encuentran entre los árboles, con sus arcos preparados para atacar al que se aproxime. Todo un complejo para aislar unos metros de terreno.

-¡La Reina de los Bosques! -anuncian mi llegada.

En a penas unos segundos, las dos alas de la puerta metálica, se abren hacia el interior de las vallas. Así permiten el paso a todo aquel que tiene autoridad para acceder al área restringida.

Camino hacia el interior, asombrado con los progresos de seguridad. Un camino me lleva por el bosque, entre los árboles donde se establece la vigilancia hasta un gigantesco árbol: un edificio camuflado que oculta el cráter que contiene el híbrido. Al entrar, asciendo por unas escaleras de caracol situadas en el interior, hasta llegar a una sala donde me esperan dos personas conocidas.

-Bienvenida. -me habla Cromos, el líder occidental.

A su lado se encuentra Grados, el líder oriental.

-Hemos esperado impacientemente tu visita.

-No dispongo de demasiado tiempo. ¡Contarme las novedades!

Cromos asiente.

-Hace unos meses -comenta con un tono triste-, llegaron los Imperati y… -le cuesta pronunciar las palabras- engañándonos, bajaron al cráter donde extrajeron unas muestras del aire de la cápsula mediante la magia y se fueron. Sifrid -sus ojos casi lloran-, Sifrid dijo que era por nuestra supervivencia.

-Entiendo… -murmuro enfurecida- Os ha engañado.

-Ese virus ha sido liberado, pero no sabemos todo lo que implica. Sólo sabemos que llegó del cielo. Muchos creían que era el oxígeno de los dioses, porque libera la mente, pero igual mata. Sifrid lo ha utilizado para sus propios planes y no se ha dado cuenta que puede haber liberado la extinción de la raza humana y sus degeneraciones. El veneno se ha liberado en el norte y en el sur, y se extiende, acabará dominando todo el continente. En las zonas infectadas, sólo han sobrevivido los que no respiran el aire directamente. Además, habiendo alterado el destino, puede que los dioses nos retiren la oportunidad de salvarnos… -y llora amargamente- ¡Nos ha condenado!

Su angustia me domina.

-¡Juro que no descansaré hasta asesinar al emperador!

Continúa leyendo Introducción al enigma II; el inicio de la segunda crónica,
o visita el índice de El enigma de los dioses.
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