Rasel es un complejo armamentístico impresionante. La fortaleza consta de varios niveles, zonas dedicadas a la estrategia, otras a la preparación de soldados para el combate y hasta disponen de calderas en el sótano para forjar armas. Todo ello dota a la ciudadela de un poder impresionante que administran entre las torres de la frontera.
Mi primer cometido es visitar a Sir, el gran señor que me está regalando la oportunidad de ser un Importante. Después de tantos meses de aprendizaje lo tengo delante por primera vez.
-¡Por fin llegó la rata de biblioteca! -comenta con un tono de desdén.
-¿Cómo?
-No te lo tomes tan enserio. Bienvenido a Rasel.
Asiento, muy serio.
-Debes tener un fuerte carácter. Con comentarios así un enemigo inteligente podría desestabilizarte. Un buen líder es inmutable.
-¿Debo entenderlo como la primera lección? -le pregunto confundido.
Sir se ríe, divertido con mi comentario.
-Yo no soy un maestro de niños. Puedes considerarme como tu mentor o simplemente una experiencia imprescindible hacia tu coronación.
-¿Crees que llegaré a ser rey? -pregunto aun más confundido.
-Tanto no me atrevería a apuntar, pero sí sé que por tus venas corre sangre real y en tu cabeza fluye tanto conocimiento como el que está matando en los suburbios a causa del virus. Un gran poder, sin duda, que moverá masas.
-¿Qué tratas de decir?
-Hay un gran conocimiento en el aire, los infectados por el virus pueden absorber pequeños fragmentos, pero mueren fulminados a causa de su efecto -comenta elevando la voz, aumentando el énfasis de sus palabras-. Nosotros lo sabemos y comprendemos que tú al haber sido expuesto, puedes emplear la táctica llamada lucidez, pero no queremos arriesgarnos a que te expongas a los riesgos ya que eres muy importante y hemos apostado mucho por ti -después de una pausa prosigue con un tono más relajado-. Para ello te proponemos que antes de dañarte vengas a nuestros archivos donde te será revelada la información que desees.
Dudo unos instantes. Sir sabe de lo que soy capaz y trata de evitarlo. Lo que ha dicho es totalmente cierto y no tengo otra opción que aceptar su ayuda. Comprobemos si no son palabras vacías:
-Ahora que lo mencionas… Deseo saber lo que hay escrito en El enigma de los dioses.
Su rostro no se inmuta.
-Bien. ¡Una mente brillante, incansable en su búsqueda de la verdad! Lo leerás, sí, en cuanto aprendas a dominar tu cuerpo tanto como tu privilegiada cabeza. El equilibrio es importante cuando te sumerges en temas tan profundos. Ahora descansa. Pronto empezaremos.