33 Krhisten

El tiempo avanza sin demora. Lo que ayer fue pasado, hoy es presente y el futuro inminente nos acecha sin piedad. Los acontecimientos van tomando un calibre peligroso, mientras las expectativas son desoladoras. ¡Que tiempos aciagos nos ha tocado vivir! Con nuestro espléndido rey agonizando en el trono, un extraño color rojizo tiñe el cielo del norte, al tiempo que un enemigo inteligente se ha filtrado en nuestro mundo y un poderoso virus se expande despojándonos de toda cordura. Toca moverse, y moverse rápido, en este periodo de cambio.

Mis científicos trabajan duro para elaborar una cura y así poder evitar la masacre, pero ésta se resiste. Pero sería una imprudencia evidenciar nuestra ineficacia. Nosotros somos la única esperanza con la que cuentan para afrontar esta crisis. El pánico cundiría si fuéramos transparentes. Por ese motivo hemos desarrollado un remedio alternativo, al que hemos llamado antídoto, mientras encontramos una solución definitiva. Se trata de unas ampollas que provocan el efecto de los sedantes, relajación y desvanecimiento, exclusivamente en las zonas del cerebro apropiadas. De esta manera, cuando el veneno se desarrolle acelerando la actividad neuronal, este antídoto provocará una suspensión de dicha actividad, evitando así la deterioración del cuerpo. Evidentemente no eliminamos la infección, sino que damos al organismo la capacidad de sobrellevarla sin necesidad de aturdir al cuerpo. Esto contraerá problemas a la larga, pero al menos conseguiremos ganar tiempo y evitar el atenuante de mortal al terrible virus.

Peor está la situación en los suburbios. Son demasiados los posibles infectados y desarrollar el «antídoto» para salvar a todos sería una locura. Se podría intentar en caso de dar con la vacuna, ya que con un único tratamiento salvaríamos vidas. Pero tal y como está la situación, mantener una sola vida nos causaría graves molestias y ya tenemos suficientes problemas con abastecer a Pode ante este infortunio del destino.

Continúa leyendo 34 Helen; la primera crónica, o visita el índice de Los reinos del sur,
la primera novela de la trilogía, El enigma de los dioses.
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2 comentarios en «33 Krhisten»

  1. Te sigo, reconozco que me he perdido en algunos tramos de la lectura y que agradecería un resumen de todo lo anterior, pero te sigo y confía en superar las lagunas.
    Un abrazo.

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  2. Básicamente en este capítulo hago una reflexión de lo sucedido anteriormente, en el primer párrafo. De todas formas dime en que partes te has perdido y te lo aclaro. Pero no pensé que fuera la historia demasiado compleja, a lo mejor al ser contada desde varios puntos de vista es lo que dificulta su comprensión.

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