La fuerza de nuestro ejército comienza a ser muy poderosa. Contamos con cientos de arqueros, que practican sin descanso el tiro. Contamos con una gran hueste de caballeros, afilando sus espadas o lanzas. También un buen número de reclutas a pie, armados con los láseres robados. Además, en nuestra base, Agnes ya hes una experta curandera. Nos planeamos bien para la dura contienda.
-Creo que deberíamos llenar el perímetro de trampas -me comenta Efrén-. Siempre es grato contar con la ventaja del terreno.
-Así será.
Mando a un grupo de hombres a formar las trampas. Dejan un camino libre, que sólo sabemos nosotros, por si tenemos que movilizar nuestras tropas.
El tiempo que contamos hasta que comience la campaña, puede ser crucial para formar unas buenas defensas que nos aporten lo necesario para la victoria.
Desplegamos nuestras fuerzas en numerosas ocasiones, para controlar el territorio. El Reino de Rasel será nuestra primera línea de defensa.
-Se aproxima el momento crucial, donde lucharemos por nuestra supervivencia. Sé que muchos habéis perdido a familiares queridos y cabalgaremos juntos para vengarlos. El arma biológica de Sifrid ha infringido un duro castigo a nuestros poblamos y tenemos la obligación de acabar con el causante. Serán duras batallas que las saldaremos con coraje y valor. Cada uno de los aquí presentes lucha por los caídos, por devolver el dolor y el sufrimiento que nos han causado. ¡Guerra!
Y todos me devuelven al unísono el trepidante grito.