Cuando regreso a la fiesta me encuentro a todos mis compañeros bailando con las chicas de Elfas. Una de ellas, me espera en la entrada, y cuando entro a la pista de baile, me agarra de la cintura y comienza a bailar conmigo también. El tacto de su piel con la mía me produce un éxtasis.
-¿Qué ocurre? -le pregunto.
-Es vuestra fiesta. ¡Tenéis que pasarlo bien!
La música que suena es fantástica. Mi cuerpo se mueve involuntariamente, llevado por la melodía y la chica.
El momento mágico dura un par de horas, hasta que nos invitan cordialmente a cenar.
Las chicas se marchan, y nosotros nos sentamos en la mesa de la sala anterior con Erwin. Decenas de alimentos preparados llenan toda la mesa.
-Al finalizar la cena -comenta el señor de Priedni-, seréis llamados por el rey, para comentar en privado vuestra decisión respecto a la educación que recibiréis el próximo año.
El aroma me despierta el apetito. El sabor de los alimentos es completamente diferente a los de Rasel y Priedni. Saboreo cada bocado como si fuera el primero. Mis compañeros también se maravillan al probarlos. Por lo visto, la cena es un éxito.